El primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson, implicado en los "papeles de Panamá" por haber tenido una empresa en un paraíso fiscal, renunció este martes.

Más de 10.000 personas se manifestaron ayer tarde en el centro de Reikiavik para pedir la dimisión de Gunnlaugsson, líder del Partido Progresista, tras aparecer su nombre en las documentos de un bufete panameño filtrados a numerosos medios internacionales.

En paralelo, las cuatro fuerzas de la oposición –socialdemócratas, Piratas, Izquierda-Verdes y Futuro Brillante– solicitaron formalmente un voto de censura contra el jefe del Gobierno.

Aún ayer, Gunnlaugsson había expresado ante la televisión islandesa su determinación a seguir al frente al gobierno y apostó por agotar la legislatura para que los electores muestren su parecer en los próximos comicios, previstos para la primavera de 2017.

Los «papeles de Panamá», difundidos por diversos medios y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés), muestran que Gunnlaugsson y su esposa, Sigurlaug Pálsdóttir, eran dueños de una sociedad de Islas Vírgenes Británicas llamada Wintris.

Ahí depositaron casi 4 millones de dólares en bonos en los tres principales bancos islandeses, que se hundieron en la crisis de 2008.

Gunnlaugsson entró en el Parlamento islandés en 2009 y a finales de ese año vendió su 50% de participación en Wintris a su esposa por un dólar.

El primer ministro sostuvo tras estallar el escándalo de los "papeles de Panamá" que en ningún momento ni él ni su mujer hicieron uso de esa firma para evitar pagar impuestos en Islandia.