El Concejo Municipal de Rosario aprobó en su última sesión un proyecto del concejal Carlos Cardozo, del bloque Unión PRO Federal, donde se le solicita a la intendenta Mónica Fein que estudie la factibilidad de instalar separación física entre las bicisendas y los carriles por donde circulan automóviles y vehículos de carga o transporte públicos. La propuesta se basa en un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que establce que Rosario es la ciudad más peligrosa para los ciclistas.

El proyecto de ordenanza propone que las barreras sean “pretiles de caucho, bochas de material sintético o cemento, o cordones de cemento u otro material”. Abarcaría a avenidas donde la velocidad máxima es de 60 kilómetros por hora o en las arterias donde supere los 40 kilómetros por hora.

“Se piensa a los efectos de proteger la integridad de los ciclistas, promover el uso de la bicicleta como medio de movilidad sustentable e impedir que motociclistas utilicen las bicisendas, como lamentablemente sucede en avenida Pellegrini, bulevar 27 de Febrero, avenida Ovidio Lagos y otras de la ciudad”, destacó el edil Cardozo.

El concejal del PRO se basó en el informe “Ciclo inclusión en América Latina y el Caribe, Guía para impulsar el uso de la bicicleta”, del BID, que arroja dos conclusiones importantes en este sentido: Rosario es la urbe que más usa la bicicleta, pero a la vez es la ciudad que más accidentes registra en el uso de ese medio de locomoción, con 43.8 ciclistas heridos por cada 100 mil habitantes.

Cardozo aclaró que “sin dudas incentivamos el uso de la bicicleta, aprobamos desde el Concejo el préstamo internacional para implementar una red de bicicletas públicas en la ciudad y ponemos como ejemplo la red de ciclovías y el sistema de bicicletas públicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero notamos que la costumbre de algunos motociclistas de usar la bicisenda pone en peligro la vida de los ciclistas, por lo que pedimos al municipio que a la brevedad implemente separación física entre ciclovía y calzadas”.