¿Alguna vez te pasó que compraste o te regalaron una prenda que no te gustó o no te quedaba bien y cuando quisiste cambiarla tuviste problemas? Muchas veces los locales comerciales “inventan” reglas, que obviamente les convienen a ellos, y vos por desconocimiento o acostumbramiento acatás como si fuesen ley. Como consumidor tenés derechos y es bueno conocerlos para que nadie te diga que no podés cambiar algo cuando en realidad sí lo podés cambiar.

Tanto la ley nacional de defensa al consumidor como la ordenanza municipal 9184 contemplan la figura de “arrepentimiento”, por lo que vos estás en todo tu derecho de cambiar una prenda sin tener que darle explicaciones a nadie (siempre y cuando esté en las mismas condiciones en la que la compraste, obvio). Uno de los temas más comunes en el que los comercios corren los límites es en el del tiempo de cambio. Los cambios se pueden realizar dentro de los 30 días corridos de la compra, nada de 10 días, una semana o te doy 15 porque en este comercio somos re buenos. 30 días nunca menos. Los límites de cambio en días y horas determinados tampoco corren, o sea esos cartelitos en caja que dicen los cambios son solo de lunes a viernes por la mañana son una manera de imponer las reglas que le son cómodas al comercio y no las establecidas por derecho. Mientras el comercio esté abierto vos podés ir a cambiar lo que quieras. Los únicos límites contemplados por la ordenanza para no realizar cambios son Día de la Madre, Padre, Niño, Navidad, Año Nuevo y Reyes Magos.

Dicho esto pasemos a los problemas que se te presentan a la hora de elegir por que cambiar tu compra. Muchas veces pasa que cuando te disponés a elegir la vendedora te hace una advertencia que te cae como bomba: “Tu prenda entró en liquidación así que ahora disponés de x $”, o sea un 30% menos; o la típica: “No podés elegir nada de la nueva temporada porque tu compra fue de la temporada anterior”; o peor aún: “Las remeras no tienen cambio” ¡No, no, no, no! Decirte que tu prenda no tiene cambio o que vale menos es violar tus derechos. El comercio debe respetar el valor económico de la venta y vos podés elegir cualquier producto que quieras dentro de ese valor.

Ok, ahora que sabés todo esto podés decir que al comercio no le importó nada y te puso alguna de estas “restricciones” inventadas y que aunque le dijiste todo lo que te acabo de contar no sirvió de nada y seguís con tu bolsita y tu frustración intactas. ¿Qué hacer entonces? Hay varias opciones para hacerte escuchar. Con tu ticket, donde figure el importe de la compra, podés ir personalmente a la Oficina de Defensa al Consumidor, en Córdoba 852, y hacer el reclamo. Si no podés ir personalmente también podés escanear el ticket, donde figure el importe de la compra, y mandar un mail a oficinaconsumidor@concejorosario.gov.ar explicando tu problema. Allí comienza una “mediación informal” que básicamente consiste en que desde la Oficina de Defensa al Consumidor llaman al local con el que tuviste problemas y le “recuerdan” tus derechos. Entre un 60 y un 80% de los casos se resuelven en esta instancia, que no suele demorar más de diez días. Seguramente recibirás un llamado del local que amablemente te invita a volver y que seguramente cuando vayas te trate como un miembro de la realeza. Si esto no funciona se vienen las mediaciones con carta documento y abogados. Acá también caben los “arrepentimientos” del comercio que generalmente cuando recibe la carta documento te llama amablemente, te invita a volver y te trata como de la realeza. Si esto no pasa, te tendrás que sentar en las mediaciones. Es más largo y engorroso pero si sentís que tus derechos fueron violados no bajes los brazos: seguramente el tiempo te dará la razón y el comercio recibirá una sanción.

Conclusión: si te arrepentís de una compra, por 30 días y por el mismo valor del ticket, tenés todo el derecho a cambiarla por lo que vos quieras. Lo demás es puro cuento.