La sal de mesa es un ingrediente habitual en nuestros platos. Uno de sus componentes es el Sodio. El uso excesivo que tiene este elemento ha generado la necesidad de establecer limitaciones en la población para prevenir enfermedades. 

La hipertensión arterial (HTA) es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y afecta órganos tales como:

- el corazón (enfermedades coronarias),

- el cerebro (accidente cerebrovascular)

- los riñones (insufiencia renal)

Prestar atención a su desarrollo es fundamental dado que es una enfermedad letal, silenciosa e invisible, que rara vez provoca síntomas. En Argentina duplica el riesgo de padecer infarto de miocardio en los hombres y lo triplica en las mujeres. 

Mucha gente tiene la presión arterial elevada (>140/90 mmHg) durante años sin saberlo. El diagnóstico se puede realizar a través de los antecedentes familiares y personales, una exploración física y otras pruebas complementarias que no implican mayores complejidades en la visita al médico.

En la mayoría de los casos la hipertensión no puede curarse, pero puede controlarse. En general debe seguirse un tratamiento regular de por vida para bajar la presión y mantenerla en valores óptimos. La medicación es solo parte del tratamiento de la HTA, por eso es tan importante llevar adelante un estilo de vida que involucre el cambio de ciertos hábitos por otros más saludables.

Existen cambios saludables que ayudan a prevenir y disminuir las posibilidades de que se presente esta enfermedad:

- Reducir el peso corporal si tiene sobrepeso u obesidad.

- Reducir el consumo de sal en personas sanas a 4-6 gramos al día (1 cucharadita al ras por día); consumir menos productos preparados, panificados, fiambres, conservas, caldos en cubo y sobres, snacks y evitar emplear sal en la preparación de los alimentos. Reemplazar por especias o hierbas aromáticas.

- Reducir la ingesta de alcohol.

- Realizar ejercicio físico de moderada intensidad durante 30 minutos diarios, o 60 minutos 3 veces por semana.

- Reducir el consumo de café.

- Abandonar el hábito de fumar.

Cómo reducir el uso de la sal y el consumo de alimentos con alto contenido de sodio

Una opción es cocinar sin sal, limitar el agregado en las comidas y evitar el salero en la mesa (y ahora también en la mesa de bares y restaurantes).

Otra opción es reemplazar la sal utilizar condimentos de todo tipo (pimienta, perejil, ají, pimentón, orégano, etc.)

Es necesario evitar la sal escondida: los fiambres, embutidos y otros alimentos procesados (como caldos, sopas y conservas), ya que contienen elevada cantidad de sodio. Es importante al elegirlos en la compra, leer las etiquetas.

Utilizar sales reducidas en Sodio es una opción, pero siempre en poca cantidad para respetar que se incorpore poco de este mineral.

¡Atención! Las sales marinas, siempre que su envase no indique lo contrario, no son reducidas en sodio, el uso debe ser limitado igual que para la sal común de mesa. 

Disminuir el consumo de sal previene la hipertensión, enfermedades vasculares y renales, entre otras.

Lic. Mariela Duboé MAT 687
Area 4 - Zeballos 373