El oído es un órgano que se divide en tres partes: externo, medio e interno. El oído medio, además de contener a los huesecillos (martillo, yunque y estribo), es una cavidad ocupada por aire, y está separada completamente del oído externo por el tímpano.

Esta cavidad está comunicada con la parte de atrás de la nariz a través de un tubo llamado trompa de Eustaquio, que cumple una importante función compensando las variaciones de presión que ocurren dentro del oído medio ante los cambios de altura, como pasa al bucear, subir un cerro o volar en avión, entre otros. Sin embargo, a veces las trompas se bloquean y los oídos se “tapan”.

El “taponamiento” ocurre cuando la presión del oído medio (la cavidad de aire) es diferente a la presión exterior o ambiental, es decir, no se equilibra bien. Esto ocurre tanto cuando la presión de fuera es mayor o menor que la del oído medio.

Esta sensación la tendrá independiente de si la presión del oído es mayor (presión positiva) o menor (presión negativa) que la presión externa, lo importante es que el oído medio no ha equiparado su presión con la ambiental.

Existen muchas causas por las que los oídos se nos pueden tapar. Estas pueden variar: por una infección, una inflamación, el ingreso de un cuerpo extraño o incluso la aparición de tumores.

La causa más común es, sin embargo, la acumulación de cera del oído (llamada cerumen). Esta cera evita que el polvo y otras partículas penetren en las zonas delicadas del oído.

Cuando la acumulación de cera es demasiada, se puede producir lo que se conoce con el nombre de “tapón de cera”, que es lo que produce esa desagradable sensación de oídos tapados. También, la sensación de oídos tapados puede deberse a la obstrucción parcial de la trompa de Eustaquio.

En el caso que sentir los oídos tapados, lo mejor es siempre concurrir a un especialista para descartar que se trate de una infección o inflamación. Luego se puede optar por soluciones caseras.

Si es un problema con la trompa de Eustaquio, puedes intentar masticando chicle, tragando o bostezando para solucionar el problema en pocos segundos.

Ahora bien, si se trata de exceso de cerumen, siempre y cuando tu médico te lo permita, puedes probar con algunos remedios caseros para eliminar la cera acumulada. El más conocido es el del aceite mineral o aceite de bebé. Utilizarlo es muy sencillo, pues solo tendrás que llenar un gotero y aplicar entre 5 y 8 gotas en el oído que tengas tapado, manteniendo siempre la cabeza inclinada. Espera a que el aceite se asiente durante algunos minutos y, mientras tanto. Finalmente, inclina la cabeza hacia el otro lado y deja que el aceite drene por sí solo. Si no tienes aceite de bebé, la solución salina o el agua oxigenada medicinal cumplirán la misma función.