Berenice Conte tiene 25 años. En octubre se sometió a una operación para colocarse implantes mamarios en una clínica de Francia y Catamarca. Ahora no habla ni camina. Una complicación durante la cirugía le provocó un paro cardíaco y tuvo que ser trasladada de urgencia a un sanatorio de mayor complejidad. Estuvo algunos meses en coma y desde hace tiempo vive postrada en un centro de rehabilitación. Su familia denunció por mala praxis a los médicos cirujano y anestesista y no descartaban realizar presentaciones civiles.

“(Berenice) entró sana (al quirófano) y terminó en el estado en el que se encuentra actualmente”, apuntó el abogado de los Conte, Miguel Gastaldi, en contacto con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2.

La joven, que estudiaba Relaciones Públicas y trabajaba como recepcionista en el bar Rock&Feller's, tiene “ciento por ciento de discapacidad”, según señaló Gastaldi. “Su estado es irreversible”, observó el letrado, apoyado en el informe de los peritos médicos que contrató la familia. Una junta médica del Instituto Médico Legal (IML) deberá realizar, por su parte, otro informe sobre la situación de la joven. Por el momento, la causa –que lleva adelante la fiscal Guillermina Aiello– se investiga como posible comisión del delito de lesiones gravísimas culposas.

El 12 de octubre pasado la muchacha se sometió a una cirugía para colocarse implantes mamarios. La llevó su papá temprano por la mañana. Se suponía, iba a ser una intervención sencilla y corta, pero antes de lo previsto lo llamaron para avisarle que tuvieron que trasladar a Berenice al Sanatorio de la Mujer. El diagnóstico –de acuerdo a lo publicado por La Capital– fue un ACV isquémico; es decir, un coágulo obstruyó un vaso sanguíneo del cerebro.

Ahora Berenice no solo no puede hablar ni caminar, tampoco mantenerse erguida ni moverse por sus propios medios. Por eso, con sus padres y su hermano menor se turnan para cuidarla y que no quede nunca sola en la clínica de Paraguay al 4000 donde trabajan para que recupere algunas funciones; entre ellas, tragar. Actualmente se alimenta a través de una sonda y ya lleva perdidos, desde la cirugía, diez kilos.

“Aparentemente va a estar postrada de por vida de acuerdo al perito de parte”, observó el abogado que indicó que lo habría fallado fue la anestesia. “No fue monitoreada como corresponde”, añadió.

Consultado sobre las instalaciones de la clínica en la que Berenice se operó, Gastaldi dijo se desconoce si estaba preparada o no para la urgencia porque tras la cirugía se debería haber realizado inmediatamente un allanamiento que no se hizo.