Gamarnik, graduada en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, obtuvo el premio a la científica más destacada de América Latina, mientras que los galardones restantes fueron destinados a Emmanuelle Charpentier (Europa), Jennifer Doudna (América del Norte), Quarraisha Abdool Karim (Africa-Estados Arabes) y Hualan Chen (Asia-Pacífico). Las premiadas fueron seleccionadas entre 2.600 investigadoras de todo el mundo por un jurado internacional de trece científicos presidido por la doctora Elizabeth Helen Blackburn, Nobel de Medicina 2009.

El trabajo del equipo liderado por Gamarnik en el Instituto Leloir llevó al descubrimiento del mecanismo de replicación del material genético del virus del dengue, un proceso biológico fundamental para infectar y causar la enfermedad. “Debido a que es un virus de gran relevancia para nuestra región, desde que inicié mi trabajo de investigación en el país me dediqué a estudiar los mecanismos moleculares que permiten la infección y reproducción del virus del dengue en células humanas y de mosquito”, indicó Gamarnik.

El virus del dengue es un serio patógeno humano que causa alrededor de 400 millones de infecciones por año en el mundo y, a pesar de ser un serio problema de salud pública, aún no existen en el país vacunas ni antivirales para controlarlo. Argentina atraviesa una epidemia de la enfermedad, con más de 12 casos confirmados desde el 1º de enero, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. “Si conocemos cómo funciona el virus del dengue, podemos planear estrategias para controlar la infección”, aseguró la investigadora.

El laboratorio de Virología Molecular se creó en 2002 en el Instituto Leloir y desde entonces ha realizado valiosos aportes al conocimiento del virus del dengue y su biología. Para Gamarnik, este premio internacional es el reconocimiento al trabajo científico sistemático y creativo de todo un grupo de investigación que se dedica desde hace más de diez años a estudiar el patógeno.

Si bien se han realizado numerosos avances en las últimas décadas, aún existen diferencias en cuanto a oportunidades y estímulos para que las mujeres se desarrollen en el ámbito de la investigación científica. “Existe una construcción cultural compleja que condiciona las elecciones y el desarrollo personal y profesional de las mujeres”, opinó Gamarnik, miembro de la Academia Americana de Microbiología. “En nuestra sociedad hay una fuerte presión hacia las mujeres que son madres a elegir entre su desarrollo profesional o la familia, lo que representa un dilema engañoso. El desafío es identificar las trabas prácticas asociadas a la maternidad e implementar políticas para facilitar ese camino. Además, tenemos que trabajar en una educación más equitativa, dejando atrás los estereotipos de género”.