Rosario también es de Cambiemos. Roy López Molina volvió a ganar por amplio margen en el rubro concejales y realizó una elección extraordinaria en el centro de la ciudad. Con 36,9 por ciento de los votos, se quedaba nada menos que con seis de los 13 ediles que renovarán el cuerpo legislativo local desde diciembre. La magnitud del triunfo se refleja en otro dato: el joven referente del PRO local –que se perfila como candidato a intendente en 2019– supera la marca de Roberto Sukerman, del Frente Justicialista, y de Pablo Javkin, del Frente Progresista, juntos.

Sukerman logró su primer objetivo de retener el 20,5 por ciento de todo el peronismo y consolidarse como segunda fuerza, aunque no pudo acortar distancias con Cambiemos. Conquista tres bancas y ya lanzó ese espacio como única alternativa capaz de frenar el avance macrista en la ciudad. Otro que se anota para pelear dentro de dos años después de revalidar su condición de líder, al menos electoral, del PJ.

Muy desde atrás venía Javkin, tras una Paso en las que el oficialismo tuvo una pobre cosecha. Si bien se quedó en el tercer lugar, logró crecer hasta los 16,3 puntos (casi el doble de los sufragios de agosto). Esa marca le permitía ubicar tres nombres y –si bien no había motivos para festejar– se dio por satisfecho y cerró la jornada temprano. Se verá con el tiempo si mantiene sus chances de ser el sucesor de Mónica Fein.

Ciudad Futura no repitió la sorpresa de 2015 cuando fue tercera fuerza y ganó tres concejales pero en el cuarto lugar, y con 9,2, suma un edil (Eduardo Trasante) a su bloque.

Escrutadas el 93,7 por ciento de las mesas, el reparto de bancas era entonces de 6, 3, 3 y 1 para el nuevo Concejo que se pinta de amarillo. 

Cambiemos tendrá primera minoría con un bloque de nueve ediles. El interbloque del Frente Progresista retrocede a siete y pasa a segundo lugar. Ciudad Futura contará cuatro votos propios. Es un incógnita si los tres concejales electos del Frente Justicialista lograrán armar una unidad con otros peronistas repartidos en bloques unipersonales.

La primera reacción del oficialismo se verá después del 10 de diciembre cuando el nuevo cuerpo deba definir su presidente. Es una fija que Cambiemos reclamará ese lugar. ¿Buscará el Frente Progresista disputarle ese lugar en alianza con otros sectores? ¿O será el peronismo el que, unificando sus fuerzas y buscando socios, intente arrebatarle el protagonismo? Es probable que esa pulseada arrojé pistas de cómo será el nuevo tablero político local para los dos últimos años de la gestión de Fein.

Algunas claves

Como se esperaba, la participación creció de 69,5 por ciento a más de 73 en el rubro concejal este domingo (25 mil electores nuevos, según los datos del escrutinio provisorio).

Además, los votos anulados se redujeron de forma sensible: bajaron de 10 puntos a 4, es decir que 30 mil personas pasaron a votar de forma positiva. Seguro que la boleta única con ocho candidatos y no 43 ayudó a esa claridad; también una campaña política más directa y despojada de nombres.

A eso hay que sumarle los 53 mil votos que en las Paso fueron a candidatos que no superaron el piso mínimo.

Gracias a ese universo de unos 100 mil sufragios, todas las fuerzas principales crecieron en sus cosechas. Unas más que otras.

Cambiemos capturó un tercio de esa población: subió de 166 mil votos en las primarias a 193 mil (cifra que crecerá en el escrutinio final porque el provisorio llegó hasta el 93,7% de las mesas).

El Frente Progresista se llevó aún más de un tercio de esa porción y saltó de los escasos 48 mil de las Paso a 85 mil (quizás llegué a 90 mil en el definitivo). El oficialismo no está para descorchar pero el repunte fue notable, sobre todo en las siete seccionales céntricas donde finalizó segundo.

El peronismo también amplió su base. En las primarias las nueve listas reunieron 98 mil voluntades. No era fácil abrir el medio mundo en la campaña sin que se escapen algunos peces. Sukerman dejó a todo el mundo adentro y saltó a 107 mil votos en las generales. Creció, pero de los tres partidos principales fue el que menos lo hizo.

Ciudad Futura sabía que Eduardo Trasante no es Juan Monteverde y que sus rivales tampoco eran los mismos. La hazaña de triplicar la adhesión de rosarinos quedó a mitad de camino: de casi 30 mil que los apoyaron en las primeras pasaron a 50 mil.

Los otros cuatro frentes que buscaban una representación quedaron en el camino. Daniela León (1 Proyecto Santafesino) con 4,5 por ciento no alcanzaba a renovar. Es la despedida de la actual presidenta del Concejo. Otros que vuelven al llano son Martín Rosúa (último) y Carlos Cossia. Jorge Boasso y Diego Giuliano tampoco estarán en el futuro Concejo aunque ellos ya lo sabían porque buscaron ingresar como diputados nacionales.

Del centro a los barrios

López Molina hizo una gran elección en toda la ciudad y fue bastante homogénea. Pero arrasó en las seccionales céntricas. En las primera, segunda y tercera orilló el 50 por ciento de los votos. 

En la única seccional en donde no ganó es en Empalme Graneros, donde Roberto Sukerman le arrebata el primer lugar por un puñado de votos (28,3 por ciento a 27,4).

El peronista se afianza como segundo por su cosecha en los barrios. Desde la primera seccional a la séptima, se impone Javkin y expliban buena parte de su repunte.

También es pareja la elección de Ciudad Futura, cuarta fuerza en todos los distritos menos en Nuevo Alberdi –donde nació el grupo Giros– que sube al tercer puesto.