La Prefectura de Policía de París amplió este sábado hasta el próximo 30 de noviembre la prohibición de manifestarse en las calles de la capital, ordenada en el marco del estado de emergencia decretado tras los atentados del pasado día 13, en los que hubo 130 muertos. Por otra parte, Bélgica elevó al máximo el nivel de alerta ante un posible ataque similar al sucedido en Francia. 

La decisión prohibición de manifestaciones, según el comunicado de la fuerzas de seguridad, se toma teniendo en cuenta "la situación actual", el inicio el día 30 de la cumbre de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP21) y la llegada prevista a la capital de más de un centenar de jefes de Estado y de gobierno.

La Prefectura precisó que sí autoriza los espectáculos que aglutinen a más de 1.000 personas en recintos cerrados, aunque reclamó a sus responsables la puesta en marcha de "un dispositivo de seguridad reforzado".

En particular, se impone a los organizadores un control de acceso y selección de los espectadores, así como un dispositivo de espera adaptado al público en el exterior.

Bélgica, en riesgo de un posible atentado

Bélgica elevó este sábado al máximo el nivel de alerta y desplegó a miles de policías en Bruselas por el riesgo de un ataque similar a los de París por parte de "distintas personas, con armas y explosivos" en diferentes lugares, anunció el primer ministro del país, Charles Michel.

Se tienen datos que alertan "de un atentado similar al de París", que podría dirigirse contra medios de transporte públicos o calles y centros comerciales, así como grandes acontecimientos en los que se reúna un importante número de personas, precisó Michel.

Bélgica quedó en el medio de las preocupaciones europeas luego de que las autoridades franceses dijeran que en ese país limítrofe se planearon en parte de los ataques del viernes 13 de noviembre en París, que dejaron 130 muertos y 368 heridos.

El fiscal general de Francia dijo que se comprobó que en Bélgica se alquilaron dos de los tres autos usados por los tres comandos que cometieron los atentados en la capital francesa, que fueron reivindicados por el grupo Estado Islámico (EI).

El diario belga Dernière Heure informó este sábado que las fuerzas de seguridad belgas descubrieron un importante arsenal de productos químicos y explosivos durante un operativo realizado a última hora de ayer en el municipio bruselense de Molenbeek.

En esta localidad suburbana, considerada por muchos como una de las principales bases del islamismo radical en Europea, vivieron el cerebro de los atentados en París, Abdelhamid Abaaoud, muerto días atrás en Francia, y dos de los autores de los ataques.

En particular, se acordó la reducción del número de grandes acontecimientos en Bruselas, una fuerte movilización en el sector del transporte público, en particular en el metro, un refuerzo de la capacidad de despliegue de la policía y militares en Bruselas y la apertura de la línea telefónica 1771 para contactar con un centro de crisis.

Recomendaron, además, la cancelación de los partidos de fútbol de primera y segunda división durante este fin de semana, aunque todavía no se ha comunicado ninguna decisión al respecto.

La medida tiene lugar menos de un día después de que un grupo yihadista irrumpiera en un hotel de lujo de Mali y causara la muerte de 27 personas tras un secuestro de siete horas al que puso fin las fuerzas de seguridad del Estado.

En la operación para liberar a las 170 personas, entre empleados y clientes del hotel, también resultaron muertos 2 de los yihadistas del grupo Al Mourabitoun, que llevaron a cabo el ataque en colaboración con Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).