Dentro de dos meses y medio, los supermercados de Rosario dejarán de entregar las clásicas bolsas de plástico a sus clientes, quienes desde el 1º de abril deberán implementar otro medio de acarreo.
En diciembre de 2015, la Cámara de Supermercadistas y las grandes cadenas de supermercados nacionales firmaron un acuerdo para promover la eliminación total de los envases plásticos. Para ello, organizaron campañas de concientización que se intensificarán durante febrero y marzo, últimos dos meses para adecuarse a la medida.
Entre los argumentos que dan forma al convenio, se destaca el impacto ambiental del consumo masivo de bolsas, intensificado en los últimos 20 años.
En diálogo con el programa A la Vuelta (Radio 2), Lara Sumiacher, integrante del Taller Ecologista (área EcoEducación), explicó que en diciembre pasado, la Cámara de Supermercadistas comenzó a repartir bolsas de tela, en forma gratuita, en distintos supermercados de la ciudad.
En tanto, entre febrero y marzo, van a acompañar la entrega con un folleto que contiene una explicación elaborada por el Taller Ecologista con el fin de incentivar a las personas a empezar a usar las bolsas de tela.

“En enero es un poco más difícil intentar algún cambio de hábitos, sobre todo cuando se trata de costumbres muy arraigadas en la población. Además, hay mucha gente de vacaciones. De todos modos –dijo Sumiacher– algunos comercios ya implementaron algunos recursos como cupones de descuento o para sorteos, destinados a aquellos clientes que concurren con sus propios medios de acarreo”.

Si bien gran parte de la población desconoce en detalle cuál es el daño que causa el consumo abusivo de bolsas de plástico al medioambiente, también pesan, a la hora de modificar esta costumbre, la comodidad del hábito instalado.

“En el fondo, todos sabemos que las bolsas descartables son malas para el medio ambiente. También sabemos que están fabricadas con materiales no renovables, pero como son gratuitas, las usamos igual. Mucha gente piensa que todo lo gratuito es maravilloso y no se plantea las consecuencias”, señalan desde el Taller Ecologista.
En ese sentido, desde la organización destacan que “la producción y distribución de bolsas requiere de la utilización de petróleo y gas, y contribuye, al mismo tiempo, al agotamiento de estos recursos y al impacto ambiental que implica su extracción y procesamiento.
En Argentina, el petróleo y el gas están en franco declive, por lo que el país debe importar diversos insumos energéticos, gastando gran cantidad de divisas, o bien apelar a otras formas extractivas altamente dañinas como el fracking (técnica de extracción de gas y petróleo del subsuelo, cuestionada por provocar contaminación de acuíferos, elevado consumo de agua, contaminación de la atmósfera, contaminación sonora y migración de los gases, entre otros efectos nocivos). 
“Utilizar parte de los escasos combustibles fósiles que quedan, en un producto efímero como lo son los millones de bolsas descartables que se producen a diario, es a todas luces irracional”, señalan desde el Taller.
Las alternativas de sustitución
Además de pensar en el reemplazo de las mencionadas bolsas para el acarreo de los productos que se compran en supermercados y otros comercios –algunos compradores llevan su changuito con ruedas– también hay que pensar cuál es la alternativa para otros usos que se les dan a las bolsas plásticas, como depósito de los residuos hogareños.
“De las bolsas que hoy llevamos del súper, menos de la mitad terminan usándose para residuos. Con esa finalidad, para tirar la basura, son ideales las bolsas de consorcio de color negro. Ese color nos indica que son de plástico reciclado”, dice Sumiacher.
“Lo que vamos a hacer –explica– es reemplazar la bolsas que se usan actualmente, fabricadas con plástico virgen –que son tóxicas y contienen tinturas– por bolsas de plástico reciclado. Al hacer esa sustitución, no estamos consumiendo recursos no renovables, como sí lo hacemos cuando utilizamos las de plástico virgen”.

Otra ventaja de estas bolsas negras es que “contienen más residuos porque están hechas para ese fin. En una grande entra más basura y no son costosas. También es una opción excelente para separar la basura, ya que si ponemos los cartones y las botellas en el contenedor naranja, tendremos mucho más lugar en la bolsa de residuos orgánicos”.