Esta vez ninguna silla quedó vacía. Por primera vez en la historia argentina y a una semana del balotaje –también el primero en el haber nacional– los dos candidatos presidenciales, Daniel Scioli (Frente para la Victoria) y Mauricio Macri (Cambiemos), debatieron sobre cuatro ejes temáticos: desarrollo económico y humano, educación e infancia, seguridad y derechos humanos, y fortalecimiento democrático.

Hubo propuestas –pocas–, preguntas, repreguntas y muchas chicanas. Macri se mostró picante desde el inicio y salió a buscar a Scioli que intentó mantener la calma hasta el final pero tuvo algunos vaivenes. Ninguno se salió del libreto, el jefe porteño intentó pegar a su adversario al kirchnerismo y el gobernador bonaerense a su vez, quiso vincularlo al neoliberalismo. Ambos cuestionaron sus gestiones, el primero al frente de la Ciudad Autónoma; el segundo de la provincia de Buenos Aires.

En el bloque Seguridad se sacaron chispas por Rosario y el narcotráfico. Los periodistas Marcelo Bonelli, Luis Novaresio y Rodolfo Barili oficiaron de moderadores pero a diferencia de la edición anterior no propusieron preguntas propias. Todo terminó en aplausos y con las potenciales primeras damas arriba del escenario.

Después de un saludo cordial y luego de hacer un minuto de silencio por los atentados en Francia, Macri abrió el bloque Desarrollo Económico y Humano con una interpelación directa al televidente: “Quiero hablarte a vos que estás terminando el fin de semana preparándote para trabajar mañana...”. En cada bloque que le tocó iniciar repitió la fórmula.

Apenas pasadas las 21, el líder PRO sorprendió con una primera chicana al recordar la ausencia del candidato kirchnerista en el debate del 5 de octubre y lo comparó luego con un panelista de 6,7,8. Prometió “pobreza cero”, 2 millones de puestos de trabajo, obras de infraestructura y un millón de créditos para la vivienda entre otros puntos ya conocidos de su agenda de campaña.

Scioli, por su parte, advirtió que la palabra “cambio” que usa el líder PRO esconde un engaño. “Sus ideas y propuestas son un peligro para el conjunto de la sociedad”, opinó y lo acusó de querer llevar adelante un ajuste encubierto del que solo saldrá perjudicado el trabajador.

“No hagas de vocero mío, hablá de tus temas”, lo ubicó Macri y lo interpeló por la pobreza en la Argentina y la deuda del gobierno K en ese sentido. Ésta fue una estrategia repetida a lo largo de los bloques, Macri ligando a Scioli al kirchnerismo; y Scioli mostrándose como un cambio moderado que a la vez defienda lo mejor de las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner.

Otra constante –además de no contestarse las preguntas– fueron las críticas de uno y otro a sus respectivas gestiones; evidente en el bloque Educación e Infancia. Entonces, Scioli cuestionó a Macri por la tasa de mortalidad infantil de la CABA, distrito que tiene –subrayó– el mayor ingreso per cápita; y éste a Scioli por no haber podido garantizar en ninguno de sus ocho años de gobernador los 180 días de clase del ciclo lectivo.

Tras regresar de la primera pausa al eje Seguridad y Derechos Humanos, las revoluciones parecieron bajar un poco pero pronto Macri cruzó fuerte a su adversario por sus dichos sobre Rosario y el narcotráfico.

“Dijiste algo que le dolió mucho a los rosarinos, que en Buenos Aires no entraron los narcotraficantes porque les pusiste límites y se fueron a Rosario”, lanzó.

“¿En serio pensás que la gente va a confiar que vas a terminar con el narcotráfico cuando no pudiste resolver el problema de los trapitos?”, le retrucó el gobernador.

Finalmente, tras pasar sin mayores sobresaltos por el bloque Fortalecimiento Democrático –Macri anticipó que promovería la salida de Venezuela del Mercosur y derogaría el memo con Irán–, los candidatos cerraron con dos minutos cada uno.

El candidato de Cambiemos volvió a mirar a la cámara para dirigirse al votante, destacó su pasado exitoso en Boca, los logros en la CABA y renovó la convocatoria a “terminar con el enfrentamiento”.

Scioli advirtió otra vez sobre los riesgos que supondría volver a las “recetas del ajuste y del Fondo Monetario Intenacional”, se mostró como el garante de algunas de las políticas del kirchnerismo y se despegó a su vez de Cristina haciendo referencia al diálogo.