Un empleado municipal de 36 años, que desde su adolescencia padecía problemas de adicción a las drogas, celebró un año de recuperación, gracias a la ayuda de su familia y de la Casa Educativa Terapéutica (CET) de Granadero Baigorria.

La historia de vida de Mario Floriani, es un ejemplo para muchos jóvenes que sufren adicciones, y por esa razón hasta el propio secretario de Transporte, Alejandro Ramos, y el intendente Adrián Maglia, lo recibieron para destacar y valorar su batalla personal contra ese flagelo.

“Le estoy poniendo todas las pilas, y desde que comenzó a funcionar la Casa Educativa Terapéutica voy casi todos los días. Es que ahí me tratan bien, de diez`, desde el primer día, allá por octubre del año pasado. Desde hace un año que no consumo nada”, contó Mario Floriani, con una voz que denotaba entusiasmo, y enseguida aclaró: “Algunos me ponen como ejemplo, qué se yo, puede ser”, dijo con humildad.

“A mí me gusta ir a la CET, porque no solo me tratan bien y me ayudan, sino que me gusta estar con los chicos que van ahí, compartir experiencias con ellos; eso me hace muy bien y además conozco gente nueva”, expresó. “Aparte–remarcó– les doy una mano, una palabra de aliento a otros muchachos para que no decaigan, porque todos estamos en la misma, pero hay que salir adelante”.

Mario trabaja actualmente en el área de limpieza de Servicios Públicos del municipio local. El último 5 de agosto cumplió 36 años, y ése día, también celebró un año de abstinencia con un gran asado en la CET. “tenía mucho para festejar, porque desde los 14 años que yo venía consumiendo, y un día, dije basta. No quiero más esta porquería”, contó.

“El día de mi cumple compré un lechón que lo cocinó Alejandro, el profe de Educación Física de la CET. La verdad, fue un cumpleaños distinto, y al chancho lo compré con parte del dinero que pedí prestado para la casa, pero todo bien, la pasamos relindo”, señaló.

Respecto a su decisión de ponerle punto final a una vida de adicciones, Mario confesó: “Un día me puse a pensar, a charlar con mi familia y ahí decidí terminar con todo. Lo primero que hay que hacer es alejarse de las ´juntas´ y aferrarse a la familia, para meterse de lleno en la curación”, recomendó.

Según dijo, su batalla personal para abandonar las drogas, fue de proporciones épicas. “No te imaginás cómo transpiraba camisetas y sábanas, a las dos o tres semanas de haber dejado todo. Pero no quedaba otra, tenía que aguantar. Sufri mucho, pero acá estoy, con muchas ganas de vivir y trabajar”, expresó emocionado.

Luego dijo que su gran apoyo y sostén anímico fue la familia, su abuela y los profesionales de la CET. Mario, que es jardinero, recordó además que trabajó “como siete años en la Municipalidad de Rosario”, pero que luego fue dejado cesante debido a las contínuas ausencias, por el problema de su adicción.

Sobre la reunión que mantuvo con el intendente Maglia, dijo que “fue muy lindo, nos sacamos fotos y hablamos de todo lo que hice y estoy haciendo para salir de esta situación. Ahí, me dijeron que soy un ejemplo para otros chicos que pasan por estos problemas, y para los que van a venir. Puede ser”, añadió.

Mario tiene tanta actitud y voluntad para superar su situación y generosidad para con sus buenos amigos y familia. “Me compré una bicicleta todo terreno que me costó como 7 mil pesos, y la que yo tenía que estaba bastante buena -aclaró-, se la regalé a mi tía que vive en Correa”, sostuvo.

Los diferentes avatares de su vida, le impidieron a Mario asistir a la scuela, por lo que sus posibilidades de instruirse quedaron truncas. Sin embargo, y en forma paralela a su firme decisión de abandonar las drogas, también afrontó el desafío de asistir al programa de alfabetización ´Yo sí puedo´, a cargo de Lucía Montini y la tarea de Sofía Pagnuco.

“Hace como tres meses que finalicé el curso, ahora sé leer y escribir. No sabia nada, y ahora por lo menos conozco lo básico para defenderme en la vida. Eso está bueno”, dice Mario, como si ese logro, no fuera de él, y estuviera hablando de otra persona.

Mario repasó toda su vida, y en cada recodo del camino recorrido encontró errores, actitudes y comportamientos de los que hoy se arrepiente. Pero la decisión personal que adoptó hace un año, fue la mejor de todas, y borra aquel pasado oprobioso.

No obstante, dijo que “es durísimo bancarse esta historia de la adicción, yo no necesité de pastillas, me desintoxiqué solo, pero después conté con la gran ayuda de los talleristas y piscólogos de la Casa Educativa Terapéutica, de mi abuela y familia”.

“Para los que atraviesan por este flagelo, y quieren salir, les digo que sí se puede, hay que apretar los dientes, y sobre todo, alejarse de las ´malas juntas´. A esos tipos, hoy yo los saludo de lejos”, aseveró Mario.

Sobre el final de la charla, el joven baigorriense dijo que proyecta seguir trabajando en la Municipalidad “hasta quedar efectivo”, y que hacia el futuro piensa “formar una pareja, porque hasta casa tengo, y la mujer que esté conmigo no le faltará nada”, afirmó.