Los secuestros virtuales volvieron con todo –hubo tres casos en los últimos tres días, se supone que cometidos por una misma banda– y un nuevo hecho mostró que los delincuentes que los realizan tienen bastante infraestructura.

Todo comenzó cuando una pareja de Pérez recibió el llamado en el que un joven lloraba y luego tomó el teléfono un hombre que dijo que tenían secuestrado al hijo.

Los delincuentes supieron sacarle rápidamente a los padres el nombre del muchacho y pactaron una entrega de dinero en Rosario.

La madre hizo a la madrugada una primera entrega de dinero –8 mil dólares– en Moreno y Deán Funes. Mientras los falsos secuestradores seguían hablando con su marido, se acordó una segunda entrega, de 3 mil pesos y una medalla de dinero, en Dorrego y Deán Funes.

Después de esta entrega, la mujer se pudo comunicar con su hijo de 30 años y verificar que no había sido secuestrado y se encontraba en perfecto estado. Entonces, avisó a la policía y se pactó una entrega “controlada” a la que fue acompañada por un policía de civil.

La mujer dejó un bolso con papelitos y cuando el auto que pasaba a buscarlo llegó al lugar quiso detenerlo. Pero entonces apareció un auto de alta gama, desde donde atacaron al policía que a puro reflejo zafó de ser atropellado.

Los falsos secuestradores pudieron escapar.