Tras unas primarias y caucus (asambleas populares) menores este sábado, los presidenciables de los dos principales partidos de Estados Unidos se preparan para una semana que será clave en la carrera electoral, especialmente para los dos candidatos republicanos más cercanos al establishment, el senador Marco Rubio y el gobernador John Kasich. 

Este sábado, los republicanos se disputaron el Distrito de Columbia, más conocido como Washington DC, y el estado de Wyoming, dos distritos chicos que apenas aportan unos 47 delegados. Rubio ganó el primero, mientras que el número dos de las encuestas, el senador texano Ted Cruz, se quedó con el segundo. A casi un mes y medio del inicio de las internas presidenciales, el empresario Donald Trump sigue primero con 462 de los 1237 delegados necesarios para obtener la nominación en la convención nacional partidaria en julio próximo y convertirse en el candidato oficial para reemplazar a Barack Obama en la Casa Blanca en noviembre. 

Lo sigue Cruz, un senador con un discurso ultrareligioso, con 371 delegados, Rubio con 165 y, último, Kasich con 63. 

Estos dos últimos pre candidatos han quedado lejos en la mayoría de los estados disputados hasta ahora, sin embargo, se mantienen en carrera porque se han convertido en la última esperanza del establishment conservador de Estados Unidos, que se niega a apoyar a un líder de la anti política con un discurso racista como Trump y a un referente tan vinculado al movimiento de ultraderecha Tea Party como Cruz. 

Por eso, contrariamente a lo que sucedió hasta ahora, Rubio y Kasich tuvieron tan buenos resultados en Washington DC, la capital del país y un distrito marcadamente moderado. 

Rubio se impuso con el 37,3% de los votos, seguido del gobernador de Ohio, Kasich, con el 35,5%, Donald Trump con el 13,8% y Cruz con el 12,4%, según informó la agencia de noticias EFE.

Pese a este pequeño triunfo, que apenas representa 10 delegados para Rubio y 9 para Kasich, los dos candidatos que hoy se presentan como aceptables para la cúpula del Partido Republicanos y sus principales socios económicos terminarán de definir su suerte el próximo martes.

En dos días los republicanos –al igual que los demócratas– se disputarán varios de los estados más importantes y algunos de los que han definido elecciones en el pasado: Florida, Ohio, Illinois, Missouri y Carolina del Norte. 

En total, se ponen en juego 358 delegados, pero quizás lo más relevante es que tanto Rubio como Kasich medirán fuerzas en sus estados natales, Florida y Ohio, respectivamente. Si no logran conseguir una victoria en ellos, sin dudas, sus aspiraciones presidenciales quedarán sepultadas. 

Tan dramático se espera que sea el desenlace que Rubio, en una iniciativa poco común, llamó a votar por Kasich en Ohio con la esperanza de que los votantes del gobernador lo apoyen a él en Florida. 

El mensaje parece ser: no hay aún un candidato moderado claro, pero mientras tanto es necesario frenar el avance de Trump. 

El multimillonario es el claro favorito en Florida, mientras le pisa los talones a Kasich en Ohio, según las últimas encuestas publicadas en el sitio web especializado Real Clear Politics. 

Mientras tanto, en el campo oficialista, la carrera no está del todo desprovista de tensión, pero la ventaja de la ex secretaria de Estado, ex senadora y ex primera dama, Hillary Clinton, sigue siendo clara y amplia. 

Clinton ya acumula 1.244 de los 2.382 delegados necesarios para ganar la candidatura partidaria a mediados de años. El veterano senador Bernie Sanders, su principal y único rival, en tanto, está lejos con 574 delegados. 

En total, los demócratas pondrán en juego el martes próximo casi 700 delegados en Florida, Ohio, Illinois, Missouri y Carolina del Norte.

Clinton es la favorita en todos estos distritos, excepto en Ilinois, el estado natal de Obama, en donde la elección se prevé que sea muy disputada.