El abogado de Fernando Farré, quien asesinó a su esposa cuando discutían la división de bienes en un country de Pilar, renunció luego de realizar una inspección ocular en el lugar. A su vez, dos estudios jurídicos indicaron que recibieron varios correos electrónicos –previo al femicidio– por parte de un remitente falso que solicitaba presupuestos por la defensa de un homicidio.

Según informó Télam, Gustavo Álvarez, que tenía a su cargo la defensa del empresario Fernando Farré, presentó la renuncia por escrito en la Unidad Funcional de Instrucción de Delitos Conexos a la Violencia de Género de Pilar luego de inspeccionar la casa donde tuvo lugar el asesinato. "Apelo a los secretos profesionales para no precisar los motivos", agregó el letrado. 

"Pedí una inspección ocular del escenario del hecho, y allí hubo circunstancias que me llevaron a intentar tener una entrevista con él (para explicarle la renuncia)", sostuvo. Además, optó por no profundizar sobre su hipótesis del hecho porque "sería antiético" y porque "no está establecido cómo fue el ataque". 

Luego, el abogado aportó detalles de la casa donde ocurrió el homicidio y aseguró que para llegar al vestidor en el cual fue asesinada Schaefer no había que pasar por la cocina, donde supuestamente se hallaban los cuchillos.

Femicidio planificado

Dos estudios de abogados contaron que entre el 17 y 19 de agosto –días previos al femicidio– recibieron correos electrónicos desde una dirección de fantasía. En dichos mails el remitente pedía presupuestos para la defensa por un homicidio que "lamentablemente iba a ocurrir en las próximas horas".

Según publicó Infobae, el titular de ASK abogados, Alejandro Kalbermatten, expresó que recibió muchos mails e intentó calmar al remitente de fantasía. Incluso, añadió que Farré figuraba dentro de la lista de amigos que los integrantes del estudio tenían en sus cuentas de Facebook. 

"Tuvimos siete u ocho correos. Un intercambio entre una cuenta con nombre de fantasía y el estudio de abogados. Nos hacía preguntas que fuimos contestando. Empezó elogiando el estudio, dijo que nos había stalkeado en todas las redes y nos pidió una defensa. Le pregunté para qué y dijo que era por homicidio calificado, que no había ocurrido pero iba a suceder en las próximas horas. Traté de disuadirlo para hablar con él, le pedí el teléfono para hablar y que recapacitara, pero él no quiso darmelo y me reafirmó que lamentablemente ese crimen iba a ocurrir", detalló.

Tras el intercambio de mails, Kalbermatten aseveró que el remitente señaló que lo "había pensado bien y que no iba a cometer ningún crimen". "Hubo otro estudio que recibió consultas similares a las nuestras. Luego nos dimos cuenta que esta misma persona nos había escrito hace dos años desde esa dirección y hablaba de suicidarse. Desapareció dos años y reapareció ahora", sentenció.