El síntoma más evidente y primario para sospechar que alguien está robando tu WiFi es la ralentización: la conexión no es tan dinámica y veloz como solía ser. Otra forma para descubrir el hurto de la conexión es contemplar la luz de transmisión y recepción da datos que titila en el router: el parpadeo en instancias en las cuales nadie en casa está haciendo uso del WiFi es otra evidencia. Una forma sencilla de echar luz en esta escena es desactivar la conexión WiFi en todos los dispositivos hogareños; si aquella luz sigue titilando alguien más está navegando los senderos de la Web “colgado” de tu conexión.

Un paréntesis: ¿por qué la conexión es más lenta cuando es compartida? En términos resumidos, los diferentes equipos que desean conectarse comparten una misma vía (el aire) para trasmitir las señales. Para ello se utiliza el denominado “protocolo de contienda” el cual se encarga de gestionar el acceso siguiendo este mecanismo: en primera instancia el dispositivo escucha el canal; si no hay nadie emitiendo envía su propia señal.

En cambio, cuando es pisada por otra se cancela la transmisión y aguarda un tiempo aleatorio para reiniciar el proceso de vinculación. En tanto, esta metodología permite compartir el canal entre diferentes dispositivos, generosidad que tiene un precio: la merma del rendimiento provocada por las “colisiones” entre los equipos. Cuando compartir es un hecho consentido el costo es aceptado, cuando la ralentización se explica por un robo, la lentitud puede mutar en indignación.

Al igual que ocurre en otros ámbitos, el malestar (en este caso el robo de WiFi) avanza mucho más allá del síntoma (la ralentización). Que alguien este navegando gracias a tu conexión sin tu consentimiento implica, además, importantes riesgos en términos de seguridad y el libre acceso a datos privados y valiosos. Por otra parte, que un desconocido utilice nuestra conexión abre las puertas para que el intruso cometa delitos digitales “en nuestro nombre”, por ejemplo realizando descargas ilegales o accediendo a sitios de contenido sensible, por mencionar un par de posibilidades.

El robo de WiFi es una práctica muy común que emprenden muchos usuarios y es, también, un hábito en ascenso. El siguiente caso localizado sirve para graficar la escena global: un estudio realizado en España dio cuenta que en 2014 el 12 por ciento de lo internautas de aquel país robó WiFi; en 2010 la cifra se establecía en el 8.7 por ciento y en 2009 en 6.9 por ciento. Hay que decir, además, que no es necesario ser un especialista en sistemas para acceder al WiFi de un vecino.

Los siguientes son algunos de los hechos que explican la proliferación del robo de WiFi:

El desconocimiento de muchos usuarios conduce a que muchos no cambien las claves de acceso que llegan por defecto. En este sitio es posible conocer cuáles son las claves que llegan por defecto en los routers de las marcas más famosas. Hay que decir que sólo cambiando el nombre y la contraseña que llega de fábrica, es ya un buen paso para robustecer la seguridad de la conexión (Ver “¿Cómo robustecer nuestro WiFi?”).

Flojera: si bien la configuración de un router no es compleja sí requiere algunos minutos de dedicación y profundización en la materia. En vista de ello, son muchos los usuarios que prefieren no involucrarse en la personalización del dispositivo y seguir adelante sin los recaudos mínimos.

Existen múltiples softwares capaces de descubrir los datos de acceso a redes WiFi, máxime si éstas son aquellas que entregó originalmente el proveedor de Internet. Muchos programas también pueden descubrir en pocos pasos aquellas largas combinaciones que llegan en un sticker pegado al router que, aunque parezcan complejas, son resultado de una fórmula no muy difícil de descifrar.

¿Cómo saber quien está conectado a tu WiFi?

Los softwares que permiten descubrir las claves WiFi que sobrevuelan en al aire tienen su antídoto. Hablamos de herramientas que permiten saber a ciencia cierta quién está conectado en nuestro WiFi. Uno de ellos es “Who is on my WiFi”, el cual entrega un informe detallado de aquellos dispositivos que están conectados a una misma red WiFi: muestra el estado de conexión, los IP y MAC, y el tiempo que lleva conectado cada uno de ellos. Cuenta con versiones para Windows y también para Mac. El siguiente video muestra en detalle su funcionamiento.

Otra alternativa para saber quiénes están conectados a tu red WiFi es “SoftPerfect WiFi Guard”. Se trata de una herramienta gratuita y cuenta con versiones para Windows, Mac y Linux. Puede descargarse siguiendo este enlace. Entre las opciones para Windows también aparecen “Wireless Network Catcher”Microsoft que también puede correr en Windows 8.

También hay opciones para Android como Fing y NetScan; y otras para iOS como iNet. Fing también cuenta con una versión para equipos de Apple.

Es bueno tener en cuenta que si los arriba mencionados softwares no arrojan datos sobre intrusos utilizando el WiFi no quiere decir que la red esté libre de intromisiones: en este sentido, es bueno realizar el escaneo de la red en distintos horarios, sobre todo en aquellas horas en las cuales hay más vecinos cerca.

¿Cómo robustecer nuestro WiFi?

Las herramientas arriba repasadas son útiles para estar al tanto del hurto de conexión, aunque no alcanzan per se a protegernos del robo. En este orden, especialistas aconsejan ingresar a la administración del router y establecer allí las medidas de seguridad. Vale decir que en un mundo con personas cada vez más avezadas en el uso de la tecnología, no existen métodos infalibles para proteger una red WiFi. Sin embargo, sí existen mecanismos que permiten estar a salvo en la gran mayoría de los casos.

Algunas de las medidas a tomar

- Acceder a la configuración del router desde el navegador a través de las siguientes direcciones: http://192.168.0.1 o bien http://192.168.1.1. Una vez allí, es imprescindible, tal como comentamos anteriormente, cambiar los datos de acceso (user y pass) que llegan por defecto.

- Una vez actualizada la contraseña del router, será necesario actualizar la conexión desde todos tus dispositivos, ingresando en ellos la nueva clave.

- Desde el menú de configuración del router, cambiar el SSID, que es el nombre del WiFi provisto por el proveedor de Internet.

- Luego, es aconsejable ocultar el nuevo SSID.

- Desactivar la opción WPS. En algunos routers puede encontrarse como “conexión PIN” o “Quick WiFi Acces”. Especialistas señalan que esta combinación de 4 dígitos es una de las puertas de acceso que hacen más vulnerable tu conexión, siempre y cuando esté activada. En tanto, ¡a descactivarla!

- Finalmente, usuarios más especializados optan por el denominado “filtrado MAC”, una función que evita que dispositivos no autorizados se conecten al WiFi. Para que un nuevo dispositivo pueda conectarse a la red habrá que darlo de alta por su dirección MAC física. Más detalles sobre las direcciones MAC pueden ser consultados en este enlace.