¿Moda o compromiso? En los últimos años cada vez son más los que abrazan el veganismo, optan por una vida “sin carnes”, desisten de comer cualquier cosa derivada de animales y no sólo por una cuestión de salud o estética, sino ética. Repudian el modo en el que ese filet llegó a su plato. Leonardo Da Vinci, por ejemplo, compraba pollos enjaulados sólo para liberarlos y Albert Einstein estaba seguro que el hombre no había nacido para ser carnívoro. Isaac Newton, el padre de la física, y Thomas Edison, el inventor de la bombita de luz y el fonógrafo, también eran fervientes militantes contra el especismo. Más acá en el tiempo y el espacio, en la farándula local, Marcela Kloosterboer, Calu Rivero y Nicolás Pauls, hace tiempo le dijeron adiós a la tradicional picadita argenta. ¿Se puede ser vegano en el país del asado?

Claro que sí, responden casi al unísono, consultadas por Rosario3.com, Muriel Pérez y Florencia Passarelli de Libera, una organización que defiende el derecho de los animales, nació en Barcelona en 2004 y desde hace algunos años se replicó en Rosario.

El cambio –aseguran– pasa, por supuesto, por uno y tiene más que ver con un click mental y una sensibilidad especial. Supone también algunos sacrificios, pero en el balance general, aseguran, vale la pena. Incluso, desde un punto de vista karmático; ponerse algo muerto o comer algo que haya pasado dolor, advierten, no puede ser bueno. 

A diferencia del vegetarianismo, el veganismo es una filosofía de vida que no se circunscribe únicamente a la dieta, parte del rechazo a la explotación y crueldad hacia los animales, cualquiera sea el fin. Es por eso que va más allá de no consumir productos como carnes, pescados, aves, huevos, leche, miel y sus subproductos, sino también evita el uso de vestimentas y accesorios provenientes de animales, así como maquillaje o medicamentos que hayan sido testeados en distintas especies.

"Se parte de la premisa que los animales tienen capacidades muy similares a las nuestras en cuanto a la reacción ante el dolor, el sufrimiento, la felicidad. Buscan el placer y evitan el dolor, como nosotros", apuntó Passarelli que aseguró que el cambio pasa "más por la cabeza que por el consumo, por la fuerza de la idea".

Sin embargo, tal vez, el mayor desafío está en la comida. Habituados, como estamos desde que nacemos a consumir lácteos y carnes.

A propósito de la 1° Jornada de Veganismo en Rosario el pasado 7 de noviembre en el Concejo Municipal, Rosario3.com se dio una vuelta por el Palacio Vasallo y degustó algunos platos.

Hamburguesas de mijo, morcillas de seitán, albóndigas de porotos, pequeñas salchichitas de lentejas envueltas en queso vegetal, daban prueba que con algo de maña se podía reemplazar la carne. Claro que el gusto no se comparaba al tradicional “Frankfurt”, algunas versiones eran incluso más ricas.

Una pregunta que surge casi de inmediato, ¿es muy difícil cocinar vegano? Y es que, muchas veces el ritmo de vida que llevamos nos obliga a optar por “armar” el almuerzo (o la cena), antes que cocinarlo. Sencillamente no hay tiempo y tratamos de salir del paso con lo que tengamos en la cocina. Los fideos secos son, en general, el salvavidas de cualquier omnívoro. Pero los veganos también los tienen, los tallarines de arroz, tan fáciles de hervir como los tradicionales. Además, existe una amplia oferta de deliveries veganos, ricos y a buen precio, como "Vita Nutrita"; "Vanesa la milanesa"; "Pili y Luna...ángeles veganos"; o "Vianda rica sana natural II".

"Si se disfruta la comida como nosotras, no la pasás mal. Descubrís nuevos sabores, nuevas texturas", aseguraron. 

Rosario, ciudad “vegan-friendly”

El año pasado, a un día de celebrarse el Dia Mundial del Veganismo (se conmemora cada 1° de Noviembre, en homenaje a la fundación de la pionera Sociedad Vegana del Reino Unido), el Concejo municipal aprobó, a propuesta del radical Jorge Boasso, la ordenanza 9050 que declara a Rosario como Ciudad Vegana-Vegetariana Amigable y obliga a los bares y restaurantes de la ciudad a identificarse como “vegetariano” (local gastronómico que ofrece productos exclusivamente vegetales, pero que admite el uso de productos de origen animal, como la leche, los huevos y/o la miel); “vegetariano amigable” (local no vegetariano que indica los platos vegetarianos de la carta y/u ofrece un menú vegetariano); “vegano” (local que excluye el uso de productos de origen animal); o “vegano amigable” (local, vegetariano o no vegetariano, que indica los platos veganos de la carta y/u ofrece un menú vegano).

“Es importante difundir una tipología de alimentación que se ha ido consolidando dentro el panorama gastronómico de nuestra ciudad y que cuenta con un impacto y una demanda cada vez más amplia”, opinó Boasso a un año de sancionada la ordenanza.