El ex secretario de Inteligencia, Miguel Ángel Toma, expresó que la muerte del fiscal especial de la causa Amia, Alberto Nisman, “benefició y perjudicó” al gobierno y que la creación de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) impulsada por el Ejecutivo nacional es “pura cosmética” debido a que el único cambio “significativo” será que la procuradora general, Alejandra Gils Carbó, tendrá las escuchas en su poder. 

En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2), el ex secretario de Inteligencia comentó que “el proyecto para crear la Agencia Federal de Inteligencia es una cortina de humo que encubre la actitud descuidista del gobierno, que aprovecha que la gente mira para otro lado para hacer un anuncio rimbombante que lo único que modifica es que las escuchas pasan de estar en el área de inteligencia al área de Gils Carbó”. “La procuradora no es una funcionaria independiente, es una militante kirchnerista”, agregó.

Toma además deslizó que la AFI está impulsada para “buscar impunidad” y para “condicionar la marcha de las investigaciones judiciales”. “Si uno lee el texto detallado del proyecto, hay una transferencia de bienes y personal con sus respectivos rangos y funciones a la nueva estructura. Por eso es cosmética. Nos están cambiando el collar y nos están dejando el mismo perro”, disparó.

El también ex diputado nacional señaló que “si citaron a declarar a Stiuso, no tiene alternativas de no presentarse porque en caso contrario será buscado por las fuerzas públicas”. Consultado sobre el desempeño del ex agente, indicó que “era un funcionario con todas las características, reservado y eficiente” y que “el gobierno creó un supermonstruo” sobre él para “derivar responsabilidades”.

“Estamos frente a una sucesión de hechos de muchísima sospecha. Ante un magnicidio hay que ver a quién le conviene la muerte. Al gobierno le convenía que Nisman no declarara en el Congreso. Fue el principal beneficiario y a la vez el más perjudicado. Se puso en un lugar de sospechoso porque pegó bandazos, pasó de hablar de suicidio a decir que era un homicidio, pasó de desmentir a periodistas a quedar en ridículo, descalificaron antes y después del fallecimiento”, añadió.

Por último, Miguel Toma opinó: “Aparecen contradicciones en las pruebas. Un suicida que no tiene manchas de pólvora en la mano, una revista que le llegó el día anterior del hecho a su ex mujer. Hay cosas demasiado significativas, lo que más le hubiese gustado al gobierno es el suicidio”.