El trasplante de córnea, queratoplastia o injerto, es la sustitución parcial o total de la córnea por la de un donante, generalmente cadavérico o del propio receptor (autotrasplante). La misma, es una oportunidad única para pacientes con alteraciones irreversibles de la córnea como pueden ser: cicatrices debidas a traumas o quemaduras, infecciones, riesgo de perforación, degeneraciones, distrofias y ectasias corneales como el queratocono.

La córnea, es el lente externo transparente ubicado en la parte frontal del ojo y, por distintas razones, esa transparencia puede verse afectada. Las ventajas de este tipo de tratamiento es que el paciente recupera la agudeza visual sin comprometer la integridad del globo ocular.

Por no presentar la córnea tejido vascular es menor la posibilidad de rechazos en comparación al resto de las donaciones de órganos. Cuando es indicado, el paciente es anotado en una lista de espera nacional que posee el INCUCAI. Allí se remiten los datos del paciente, su patología y gravedad/urgencia del caso.

A diferencia de otros tipos de trasplantes, el de córnea no requiere la realización de un estudio de histocompatibilidad. Sí se realizarán estudios para verificar la condición de la córnea donante y los análisis de laboratorio correspondientes.

Se trata de una cirugía ambulatoria, es decir el paciente se retira en el día, y tiene una duración aproximada de una hora.

 

 

Dr. Matko Vidosevich, Jefe del Servicio de Oftalmología del Grupo Gamma.

Fuente: Grupo Gamma