Varios estudios han señalado que quienes comen mientras miran televisión, utilizan videojuegos, leen o hacen simultáneamente cualquier otra actividad tienden a consumir más calorías. La doctora Suzanne Higgs, experta en psicología del apetito de la Universidad de Birminghan, en Reino Unido, formó parte de un equipo que evaluó varias investigaciones al respecto.

En un artículo publicado en el sitio de la Universidad de Birminghan, Higgs señaló: "revisamos detenidamente unos 24 estudios en los que se comparó a personas que estaban atentas exclusivamente a lo que comían con otras que lo hacían mientras estaban distraídas con otras actividades, como mirar televisión o trabajar en la computadora".

La investigación determinó que "cuando las personas estaban distraídas, mirando televisión o en otras cosas, tendían a comer mayor cantidad de una vez". Pero además, el estudio demostró que también tendían a compensar más tarde comiendo aún más.

La razón hay que encontrarla no tanto en el estómago, sino en el cerebro. "Si no prestamos atención a lo que comemos porque estamos distraídos, entonces el cerebro no lo procesa, no nos sentimos tan llenos y en consecuencia ingerimos más calorías tanto en el momento y más tarde durante el mismo día", dijo Jane Ogden de la Universidad de Surrey, en Reino Unido.

Comer mientras se camina

Desde chiquitos nos han dicho que comer mientras se camina no es una buena idea porque puede causar indigestión. Pero el ritmo de la vida moderna lleva a muchos a comerse algo camino al trabajo en la mañana o al ir de un lugar a otro a la hora del almuerzo.

Según un estudio reciente de la Universidad de Surrey, comer mientras se camina es aún peor. La investigación destacó que la tendencia a es mayor si se consumen alimentos, incluidas las meriendas, cuando se está en marcha.

Ogden lideró un estudio reciente en el que se les pidió a 60 personas que se comieran una barra de chocolate mientras caminaban, conversaban con una amiga o miraban televisión. Después de esto, se le pidió a los participantes que completaran un cuestionario y se les invitó a comer cuatro diferentes tipos de alimentos (chocolate, zanahoria, uvas y papas fritas).

El resultado muestra que aquellas que ingirieron la barra de chocolate mientras caminaban consumieron mucho más durante la prueba siguiente, y en particular comieron chocolate cinco veces más que los otros participantes.

Ogden señala que "caminar es una forma de distracción muy poderosa". Los participantes "no estaban pensando en comida, su cerebro no reconoció que habían comido, el cuerpo se sentía menos lleno, y por lo tanto consumieron más".

Involucrá a tu cerebro

Según la profesora Ogden, el problema es que comer no solo tiene que ver con matar el hambre, sino también con cómo el cerebro procesa los alimentos que ingerimos. "Si le preguntás a alguien si recuerda lo que ha comido, en general recuerda más el desayuno, el almuerzo y la cena, particularmente cuando se ha sentado a la mesa y ha sacado tiempo especialmente para comer, porque el cerebro codifica eso como alimentos ingeridos".

En general, las personas tienen menos probabilidad de recordar lo que han comido mientras han estado ocupadas en otras cosas. La consecuencia es que si te pasás el día comiendo sin codificar lo que has ingerido, entonces vas a comer mucho más a la hora de la cena.

El consejo de la doctora Suzanne Higgs es "sacá tiempo para comer y evitá ingerir alimentos mientras estás caminando o con la atención en otras cosas".