Una fuerte explosión registrada este domingo en Ankara dejó decenas de muertos y heridos. La detonación, posiblemente un coche bomba, se produjo en el parque Guven, cerca de una estación de policía ubicada en el centro de la capital de Turquía.

La agencia de noticias oficial turca, Anatolia, informó en un principio de al menos cinco muertos y "un gran número" de heridos. Al poco tiempo, la cifra de víctimas fatales se ubicaba en 34, y en 125 los heridos.

El ataque aún no ha sido reivindicado ni hay todavía datos ni especulaciones sobre quién podría haberlo perpetrado.

La detonación del coche bomba se produjo cuando pasaba por una parada de autobús, en la que había mucha gente esperando.

El ministro turco de Sanidad, Mehmet Muezzinoglu, informó hoy ante la prensa de que entre los muertos hay uno o dos supuestos terroristas suicidas.

Además, entre los heridos, ingresados en 14 hospitales, hay 19 que se encuentran en estado crítico.

Varios medios turcos califican el hecho ocurrido en el barrio de Kizilay –una zona de ocio y comercios– como un atentado y lo compararon con el ataque del último febrero, cuando un coche bomba estalló al lado de un convoy militar y mató a 30 personas.

Por entonces, el gobierno de Recep Tayyip Erdogan culpó a la milicia extremista Estado Islámico del atentado.

"No reducirá nuestra determinación"

El atentado "tiene por objetivo la integridad del país, la unidad del pueblo y la convivencia", denunció el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

"No reducirá nuestra determinación en la lucha contra el terror, sino que nos hará aún más decididos", prometió el mandatario en un comunicado colgado en el sitio web de la presidencia turca, donde no indicó qué organización podría estar detrás del ataque.