Tal vez el veranito en pleno invierno motivó a tomar una copa de más y este fin de semana volvió a trepar la tasa de alcoholemia en los controles nocturnos, que en la segunda mitad de agosto había mostrado un retroceso. Entre el jueves último y la madrugada de este domingo, hubo casi un centenar de vehículos remitidos al corralón, casi la mitad porque sus conductores bebieron por encima de lo permitido.

Según informaron desde la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana de la Municipalidad de Rosario, se realizaron 483 intervenciones con la participación de la Policía Comunitaria. Los autos y motos secuestrados (75 y 23, respectivamente) fueron 98.

De ese total, 46 fueron por alcoholemia y 4 por narcolemia. El resto (48), por falta de documentación o ausencia de elementos de seguridad obligatorios para la conducción.

Muchos más hombres infractores

Otro dato saliente que brindaron desde el municipio es que del total de vehículos incautados, 91 eran conducidos por hombres y sólo 7 por mujeres.

En tanto, el registro más alto de alcoholemia se produjo en las primeras horas del sábado, cuando se detectó un caso de 2,37 gr/l de alcohol en sangre, casi cuatro veces más de lo permitido.

En otro episodio, a las  9.45 de la mañana del sábado, en un semáforo de avenida Pellegrini llamó la atención de un móvil de Guardia Urbana Municipal (GUM) la actitud de un conductor que, prácticamente, se dormía al volante. Las bocinas lo hicieron reaccionar pero la GUM lo detuvo a los pocos metros, en la intersección de Cullen. Se solicitó la intervención de la Dirección de Tránsito y Fiscalización de Transporte y el test de alcoholemia le dio 1,79 gr/l.

 “Si bien los niveles de positivos de alcohol han bajado, seguimos implementando mayor y mejor control, multiplicando la presencia del estado en las calles. Perseguimos la conducción segura y no vamos a renunciar a la misma”, expresó el secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Gustavo Zignago.