La cifra es llamativa: en lo que va de 2015, nueve taxis fueron remitidos al corralón después de que sus conductores dieran un resultado positivo en la tasa de alcoholemia en los operativos de control durante su jornada de trabajo. En promedio, uno por semana comete esta infracción, que, al tratarse de un servicio público, cuesta la pérdida permanente de la licencia.

El secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Pablo Seghezzo, explicó este miércoles en Radio 2 que el último caso ocurrió este martes y el índice detectado fue de 2,2 (gramos de alcohol por cada 100 mililitros de sangre), cuando la tasa de tolerancia de alcoholemia para conductores de taxis, remises y colectivos es cero.

“Es la tasa más alta hasta ahora”, aseveró Seghezzo, que explicó que para encontrar otra similar hay que remontarse al pasado año, cuando un taxista al que se le hizo el control a las 10 de la mañana, en la zona de San Lorenzo y Corrientes, dio 2,18.

En todos los casos de choferes alcoholizados, las medidas tomadas desde la Secretaría de Servicios Públicos y Medio Ambiente es la de remitir el vehículo al corralón y retirar la licencia a los conductores, impidiéndoles que vuelvan a formar parte de un servicio de transporte público de pasajeros.

“Es un incumplimiento grave”, destacó el secretario, “pero no hay que estigmatizar a los taxistas, porque en Rosario hay alrededor de 10.000 entre titulares de licencia y choferes”, agregó.

Con respecto a los operativos, Seghezzo aseguró que en 2014 se duplicaron con respecto a 2013, y en el año actual su meta es triplicar la cifra del pasado año. “Solo en enero se hicieron 2.800 controles”.

Además, el titular de Control y Convivencia Ciudadana explicó las opciones que tienen los usuarios del servicio público de taxis para denunciar las irregularidades en relación a la alcoholemia de los conductores: “Es necesario tener el número de taxi, y después hay que hacer la denuncia en las redes sociales del municipio o a través del 147, que habilita el operativo inmediato, que es seguir mediante el GPS al taxista y hacer el test de alcoholemia”.

Algunos casos de taxistas en estado de ebriedad no terminaron sólo en la remisión de su coche. El último domingo a la madrugada, por ejemplo, un chofer se estrelló contra una camioneta estacionada en bulevar Oroño al 1000, antes de que se detectara que su estado no era apto para manejar.