Pasaron ya 4 años desde que la vacuna contra el HPV se incorporó al calendario nacional de vacunación obligatoria (para niñas de 11 años) y en la población prevalecen las dudas, mitos y desconfianzas en cuanto a si es una medida beneficiosa para la salud, si en verdad previene el cáncer de útero o hasta los más escépticos sospechan si no es sólo una medida que favorece a la industria farmacológica.

Por miedo o desinformación, mucha gente no quiso colocarse la vacuna de manera voluntaria, esperando que se conozca más sobre los efectos y la fiabilidad de la misma. Como explica la ginecóloga Esther Canzani: “La respuesta de la sociedad ante la campaña de vacunación fue escasa, aunque son pocos años desde que salió la primer vacuna (2006) pero en todos los estratos sociales hubo amplia resistencia, hasta en la población médica hubo resistencia a adherirse por muy pocos años de implementada. En cuanto al ámbito público por medio de la vacuna en el calendario escolar la adherencia fue alta”.

Todavía no se pueden comprobar los reales efectos debido a que la vacuna previene de infecciones que aún no entraron al individuo, no de las adquiridas previamente. Es decir, que necesita de un plazo mayor de tiempo para obtener resultados. Sin embargo, Canzani sostiene que hay que informarse bien ya que muchas veces se construyen ideas erradas que se difunden y generan mitos: “Muchas veces surgen mitos sobre efectos indeseables: ´si tengo HPV y me vacuno se recrudece más mi infección´ y no es así porque no es un virus vivo sino que es la cápside del virus la que se incorpora al organismo. O frases como ´no tengo que hacerme más el Papanicolau´ y no es así, siempre debe hacerse el Papanicolau, Colposcopía y control según determine el profesional por patología pre-existente por, edad, etc”. Y continúa: “Dado que la familia del virus HPV es numerosa y, si bien cubre a las cepas más patógenas, no lo hace con todas y no cubre a las adquiridas con anterioridad a la vacuna. Además conviven con el huésped y si baja la inmunidad del individuo el virus puede hacer la displasia y luego avanzar en diferentes zonas del huésped”.

Con respecto a la edad donde debe aplicarse la vacuna, la doctora explica: “Lo ideal es colocarla antes del inicio de las relaciones sexuales y en la niñez o juventud; luego de los 25 años de edad comienza la inmunosenescencia pero en la actualidad se está colocando hasta los 45 años sobre todo a las personas con inmunodeficiencia”.

En estos últimos años se logró un avance científico,además de las vacunas bivalentes y tetravalentes, habrá una nonavalente que cubre a nueve subtipos de virus de la familia de HPV. Esta promete salir al mercado a fines del 2016, mientras tanto se sigue con las existentes, de preferencia tetravalaente y se está estudiando agregar una dosis de la nueva presentación a los pacientes anteriormente vacunados con plan completo (que debe ser cumplido siempre con el mismo producto).

Otro avance que está próximo a lograrse es incorporar al calendario nacional, la vacunación obligatoria de los hombres. Si bien como explica la ginecóloga, las mujeres son más propensas a contagiarse de la enfermedad, es importante que el sexo masculino también se vacune para prevenir la infección: “En el hombre el HPV se manifiesta por verrugas solamente o si la pareja tiene alguna lesión se le hace penescopía que es similar a la colposcopía femenina; como ellos tienen en el pene el mismo conducto excretor de orina y semen, éste es más difícil que anide la infección. En cambio, en la mujer por sus características anatómicas el cuello uterino es más frágil y con el agregado de anticonceptivos y tabaquismo es más débil aún”.

Si bien todavía falta tomar más conciencia de parte de toda la sociedad, desde los médicos hasta cualquier edad de los pacientes, sobre la importancia de esta vacuna, se está trabajando mucho para que haya más información y accesibilidad a la misma: “Ahora se está tomando más conciencia con respecto a la población homosexual que demoran más en tratarse, porque al no concurrir su pareja al ginecólogo y ser citado, consultan cuando tienen lesiones macroscópicas y además nadie le hablaba de vacunas ni de ésta patología, en cambio recientemente se está hablando el mismo idioma entre ginecólogos, urólogos, dermatólogos, gastroenterólogos y proctólogos, así que es prometedor el control de ésta enfermedad”, afirma Canzani.