Se calcula que aproximadamente un 15 a 20 % de los hombres tienen varicocele, siendo mucho más frecuente en la población de hombres que tienen problemas de fertilidad. Habitualmente el varicocele suele desarrollarse con el crecimiento testicular durante la adolescencia, por lo lo que es muy poco frecuente la presencia de varicocele durante la infancia.

El varicocele es la dilatación varicosa de las venas que drenan el testículo. Habitualmente se debe a una predisposición a tener una debilidad en las paredes venosas. Es común encontrar en quien tenga varicocele o en algún familiar del mismo alteraciones similares en otros terrenos venosos como son las varices en los miembros inferiores o las hemorroides. Por lo tanto uno puede decir que existe una predisposición familiar para el desarrollo del varicocele.

Esta patología se manifiesta por síntomas como dolor testicular o “pesadez escrotal”, falta de desarrollo o hipotrofia del testículo y alteraciones de los espermatozoides, con la consiguiente disfunción en la fertilidad. 

Se diagnostica mediante el examen físico, con la palpación de las várices en el escroto y la ecografía doppler testicular, donde se identifican las mismas con dilataciones mayores a 2-3 mm. Para investigar la función reproductiva se realiza un espermograma, el cual es un análisis del semen que evalúa la cantidad, velocidad, morfología y vitalidad de los espermatozoides.

El único tratamiento es quirúrgico. Actualmente, la técnica que ofrece los mejores resultados, menos recidivas y menos complicaciones es la varicocelectomía subinguinal con microscopía. Cuanto a más temprana edad sea la corrección, mejor será el resultado y pronóstico de la cirugía, en cuanto al desarrollo testicular y la fertilidad.