El taxista puertorriqueño Víctor Pérez Cardona fue velado en su propio auto, sentado, y con las manos al volante. Es más, el hombre “llevó” en el asiento trasero de su vehículo una corona de flores de su propio velatorio.
Pérez Cardona, de 73 años, murió de cáncer y pidió que el velatorio se realice de ese modo, dentro del coche en el que trabajó los últimos 15 años.
Y su familia correspondió el deseo.
En el interior del taxi, que fue estacionado frente a una funeraria, se podía ver a Pérez Cardona de camisa, corbata y sombrero.