Ni una menos. Se tatuó el DNI en el brazo en caso de que su agresor termine con su vida. Teme que la justicia llegue tarde y pide ayuda para poder "volver a vivir en paz". El caso de Jimena

Jimena tiene 37 años y tres hijos. Durante quince fue víctima de violencia de género. Hoy se anima a hablar, quiere justicia "en vida" y no ser una más en las alarmantes cifras del femicidio.

La denuncia de Jimena fue escuchada y atendida en la justicia, sin embargo como en muchos casos, el padre de sus hijos y sobre quien pesa la denuncia de malos tratos y golpes, sigue acechando a la mujer que tuvo que mudarse hasta de ciudad.

A las constantes amenazas que le propina de manera directa, el denunciado incluso "utiliza a terceros para amedrentarme", afirmó la mujer. Con guardia policial en su casa y un tatuaje con la frase "Ni una menos y su DNI", Jimena pide ser escuchada ahora que puede hablar.

El duro testimonio de la mujer se suma al de tantas otras y en un país donde ya se dieron 16 femicidios en lo que va del año, el caso no es menor.