Un gorila fue matado a balazos en el zoológizo de Cincinatti, Estados Unidos, porque un niño cayó en su foso y la decisión generó enorme polémica.

Se llamaba Harambe el gorila, de 17 años, y fue muerto a balazos el sábado después de que un niño de cuatro años terminó dentro de su recinto por una caída accidental.

Las autoridades del zoológizo decidieron matarlo porque consideraban que el niño estaba en riesgo. Sin embargo, muchos creen que Harambe –un gorila occidental de tierras bajas y de cerca de 180 kilos– no representaba una amenaza para el pequeño, quien según reportes se recuperará completamente del incidente tras sufrir algunas contusiones.

Las autoridades del zoológico de Cincinnati, por su parte, se declararon devastadas por lo sucedido, pero defendieron la decisión de abatir al gorila para garantizar la seguridad del niño, quien escaló la barrera del recinto de los gorilas antes de caer a la fosa llena de agua donde lo encontró Harambe.

En un video aficionado se puede ver como el gorila lo arrastra unos metros en el agua, antes de detenerse para observarlo.

El niño, sentado en el agua, también mira al gorila, quien lo toca suavemente en la espalda.

La muerte de Harambe, que muchos consideran injusta e innecesaria, ha generado protestas y una demanda para que se proceda en contra de los padres del niño.

Pero, según varios reportes, el video sólo muestra parte de lo ocurrido, pues el gorila de 17 años habría arrastrado al niño por aproximadamente 10 minutos.

Y según el director del zoológico, Thane Maynard, el hecho de que el gorila no estuviera atacando al niño no significa que el menor no estuviera en peligro. En ese sentido, mencionó el peligro que significaba que el animal estuviera sometido a una situación de estrés.

“Hubo que tomar una decisión difícil pero fue la decisión correcta porque se logró salvar la vida del niño. Pudo haber sido muy malo”, dijo Maynard, quien también explicó que un dardo tranquilizador habría tardado demasiado tiempo en hacer efecto.

Algunos usuarios en Twitter, sin embargo, insisten en que el gorila probablemente estaba arrastrando al niño para defenderlo de los turistas, a los que probablemente consideraba una amenaza por causa de sus gritos.