​El gobernador, el hijo, el amor idealizado, el sexo, el poder y el sur lejano y cercano, todo en un mismo libro, tan romántico como árido, tan genial, como real, tan ficticio, como verdadero. Viedma es una ficción maestra, tan brillante que lo transforma todo en hechos reales.

Viedma

50 y 50. Así es esta novela magnética y sorprendente.

El 50 de lo que cuenta aquí Gonzalo Álvarez Guerrero es no-ficción pura y dura, es un manual de historia argentina: el protagonista, al igual que el autor, es hijo de quien fuera el gobernador de Río Negro en el momento en el que el presidente Raúl Alfonsín planeaba trasladar la Capital a Viedma.

Ese impecablemente documentado y muchas veces revelador segmento es, podría decirse, la perfecta ambientación para el otro 50, el de ficción, un tratado de educación sentimental.

La historia de un publicista exitoso que pisando los 40 años siente que su vida quedó detenida en aquel momento de mediados de los 80, en un amor juvenil tan imposible como esa democracia que renacía, prometía todo y a fin de cuentas iba a cumplir poco.