Los periodos en los que el alumno se ausenta, ya sea por vacaciones, enfermedades u otras causas, requieren de una readaptación. Si bien se pactan días de adaptación y asimilación, el proceso es individual. Cada niño procesa el inicio de clases de una manera diferente, por más que tengan la misma edad o sean hermanos. Por esto es importante que se sientan acompañados en esta etapa del año.

Quienes empiezan el jardín de infantes atraviesan un periodo de sentimientos encontrado: preocupación, angustia, miedo y a la vez felicidad por este nuevo ciclo escolar que comienza. La adaptación escolar es un proceso que puede llevar semanas o meses, es paulatina y conlleva avances y retrocesos, y cada familia tiene sus tiempos. Deben adaptarse los padres, los abuelos y los hermanos.

Cada año que comienza, es una nueva adaptación. Cambian los docentes y algunos compañeros. Es necesario transmitirles confianza a los pequeños, confiar en los educadores y tener paciencia.

Consejos para una eficaz adaptación:

- Se debe hablar con el niño, transmitirles confianza y seguridad

 - Ser empáticos

 - Hacerlos partícipe de la elección y armado de la mochila, de la compra de los útiles y los libros y otros preparativos

- Explicarles cuánto falta para el inicio de clases, incluso se puede utilizar un calendario para ubicarlos en el tiempo y disminuir su ansiedad.

 - Contarles recuerdos positivos de la infancia y del paso por la escuela y motivarlos.

- Es importante una o dos semanas previas al inicio de clases acostarlos y levantarlos temprano para que el cambio de horario sea gradual y se adapte correctamente una vez que inicien las clases.

El inicio de clase, ya sea primer día de jardín o vuelta al aula luego de las vacaciones, implica cambios no solo en la rutina sino también emocionales. Los adultos deben estar dispuestos a acompañar a los chicos. Las mochilas deben estar cargadas de contención, confianza, amor y acompañamiento.

*Asesoró la Dra. Carla Orsini, pediatra de Swiss Medical Center (MN 131.323)