Cuántas veces te pasó que, con una botella de vino entre las manos, te enteraste de que no tenías sacacorchos.

Como le pasó a más de uno y una, Andy Orin y Madeleine Davis demostraron para Lifehacker algunas opciones poco convencionales que dicta la sabiduría popular a la hora de retirar el corcho de una botella.

Entre ellas, –y tal como reseña el portal Gizmodo– se encuentran las siguientes “estrategias”.

Un tornillo y un alicate. Se utiliza un tornillo (preferiblemente, porque tiene rosca) o un clavo, y se saca después con la ayuda de un alicate (o cualquier otra herramienta que pueda sujetar la cabeza).

Un clip. Consiste en intentar pasar un clip doblado por el hueco que hay entre corcho y cuello de la botella para luego tirar hacia afuera. Pero, normalmente el corcho está tan apretado que resulta imposible realizarlo. Aunque vale la pena intentarlo.

Con un cuchillo (esta es una opción que funciona a medias). Hay que empujar el cuchillo para apretar el corcho hasta que caiga dentro de la botella. Sólo cuenta si tenés planes de tomarte el vino de una sola vez.

También está la “estrategia” de abrir la botella con un zapato. Aunque el riesgo de quedarte con el envase en la mano y el líquido derramado son muchas. Cosiste en golpear la base de la botella contra la pared y amortizar el impacto con el calzado.

En fin, nada demasiado complejo, si se articulan el ingenio y el sentido común.

Las imágenes