“¿Por qué nadie investigó en todos estos años?”, se preguntó la historiadora Marianela Scocco después de entrevistar a varias de las Madres de la Plaza 25 de Mayo de Rosario y escuchar que ninguna sabía con precisión las fechas de su propio origen como organización y tampoco existía ningún documento escrito que reúna las historias de esas mujeres que piden, hace ya casi 40 años, por sus hijos desaparecidos durante la última dictadura cívico militar.

La inquietud se volvió investigación y después de cuatro años de escritura, libro. “El viento sigue soplando” es el resultado final de ese trabajo que tiene un documental como antecedente y la tesis profesional de Scocco. La obra se presentará el próximo martes 12, a las 19.30 en Catamarca 2330.

1977, los primeros pasos

El inicio de la lucha incansable de las madres rosarinas encuentra "dos caminos paralelos", aseguró Scocco a Rosario3.com y explicó: "Por un lado la reunión de familiares y allegados de detenidos y desaparecidos que comienzan a verse en los lugares a dónde iban a reclamar, entre ellos la sede del II Cuerpo del Ejército. Se conocen y se dan cuenta que tienen problemas en común. A mediados del año 77, se reúnen en casas particulares y luego, para fines de ese año y principios de 1978, en la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, en un local que estaba en la cortada Ricadone 58. Allí se produce la creación de Familiares de detenidos y desaparecidos por razones políticas y gremiales".

"Por otro lado y al mismo tiempo, algunas mujeres viajan a Buenos Aires a sumarse a las rondas de las Madres de Plaza de Mayo. Son las mismas pero no son todas. En Familiares había un grupo mucho más heterogéneo", señaló la historiadora y añadió que ese grupo es el que impulsará durante la transición democrática la delegación Rosario de las Madres. Agrupación local que termina de formarse como tal en enero de 1985. 

Nelma Jalil y Esperanza Labrador eran las dos mujeres que más viajaban a esos actos en Capital. Otras sólo reclamaban en la ciudad. Scocco pudo reconstruir un listado de 25 mujeres en total que a lo largo de casi 40 años "se pusieron alguna vez el pañuelo de las Madres, que es lo que las distingue". 

"Algunas militaron sólo durante la dictadura y después no participaron, otras se sumaron más tarde en democracia", afirmó y señaló que también existen madres de víctimas del terrorismo de Estado que por diferencias políticas no se sumaron y reclamaron desde otros lugares, como por ejemplo de Familiares. 

El cambio de nombre se produce en 1995 cuando se separan de la asociación que lidera Hebe de Bonafini y crean la agrupación local e independiente "Madres de la Plaza 25 de Mayo", por el lugar donde aún realizan las rondas de los jueves.

La burocracia policial, una fuente clave

Si bien el punto de partida de la investigación fueron las entrevistas con las Madres, el trabajo más arduo se centró en revisar los registros de la prensa local y los partes policiales que se encuentran en el Archivo Provincial de la Memoria en Santa Fe. 

La reconstrucción la puedo concretar gracias a los partes de la Policía que registran las actividades de todos los organismos con un detalle increíble"

"Los partes policiales fueron muy importantes porque los diarios rosarinos hasta el año 1982 no registraron actividades de los organismos de derechos humanos. No hay información. Lo primero que aparece es una solicitada del 11 de febrero de 1980 en el diario La Tribuna, pero es una publicación que pagan los organismos. Recién en el año 82 encontré alguna nota realizada por un periodista, y tras la crisis desatada por la guerra de Malvinas, que empieza la apertura de la dictadura", describió Scocco. 

"La reconstrucción anterior a esos años -continuó- la puedo concretar gracias a los partes de la Policía que están en el Archivo y que registran las actividades de todos los organismos con un detalle increíble, y que muchos los cito en el libro". 

De esa manera, las historias y denuncias de la represión ilegal que relatan las madres se completa con la propia burocracia de la fuerza represiva. "Ese seguimiento policial (espionaje) de los organismos tiene fechas, nombres y direcciones. Paradógicamente estos hechos no los podía reconstruir con los organismos porque no tienen esos archivos ni con la prensa", añadió.

Claro que hubo alteraciones: los secuestros clandestinos de personas son presentados en esos partes como fugas y tapados con una "versión oficial" distorsionada. Ese proceso también está narrado en el libro. Son, en algunos casos, el origen de la desaparición que dispara la lucha de una Madre.

"Las Madres te cambian la vida"

Antes de la historiadora que realizó su tesis y publicó un libro, Marianela se acercó a las Madres en 2008 por un interés personal y militante. Con el trabajo para el documental "Arderá la memoria" (estrenado en 2010) detectó la carencia de precisiones y archivos. "Vamos a ponerle fecha y sistematizar toda esta información de una forma cronológica", pensó.

Entonces comenzó el proceso que se refleja en el libro, que describe las características particulares de Rosario (de la represión concentrada en el Servicio de Informaciones de la ex Jefatura de Policía y por lo tanto también del reclamo posterior de familiares) y de las referentes del espacio.

Darwinia Gallicchio (fallecida en 2008) fue referente de las Madres y a la vez fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo de Rosario, lo que explica una identidad distinta a las agrupaciones de Buenos Aires. "Ella demostró que más allá de la búsqueda de los nietos, por un lado, o de saber qué pasó con sus hijos, por otro, el reclamo de fondo es por Memoria, Verdad y Justicia", analizó Scocco.

Otras de las mujeres más representativas de la historia de las Madres de la Plaza 25 de Mayo son Nelma Jalil, también fallecida en 2008 y que fue quien "las organizó e integró", y Esperanza Labrador, "con un hijo desaparecido y le asesinaron al marido, otro hijo y a su nuera, una historia terrible; ella era española y tuvo que irse amenazada pero siempre volvió a buscar a su hijo Miguel Angel", resumió.

"Ellas dos aparecen en todos los documentos y todas las entrevistas. Y también Norma Vermuelen que continúa hasta el día de hoy marchando y que siempre militó en Familiares desde la desaparición de su hijo", agregó la historiadora y escritora.

Marianela también recordó a Elida López: "A ella la quise mucho. El nombre del libro toma una frase que pronunció en un discurso por el 30 aniversario del Golpe: «Los molinos ya no están pero el viento sigue soplando»".

"Las Madres te cambian la vida, cuando uno va a la plaza nunca sale siendo el mismo. Caminar con ellas, escucharlas, eso generó un afecto muy grande; son como mis abuelas. Eso traspasó la militancia y se mete en lo personal. Todo eso se nota en las entrevistas por la confianza con la que cuentan sus vivencias", dijo Scocco y reconoció que intentó proyectar ese amor y una "admiración muy grande" en su trabajo. "Esto ayuda a comprender las cosas de otra forma", añadió.

El libro, con prólogo de Carlos del Frade, se presentará el martes pero ya se puede conseguir en la librería de Mendoza 1438, Halcón Maltés.