Este sábado a las 16, en el teatro Broadway, San Lorenzo 1223, Piripincho, el personaje creado por Héctor Ansaldi, celebra su fiesta de cumpleaños número 35. El espectáculo, única función, promete títeres, muñecos, invitados, pantalla interactiva y sorpresas.

La apuesta apunta a chicos, grandes y abuelos, porque, tal como lo señaló el propio Ansaldi en diálogo con Rosario3.com, “nunca hice mis espectáculos pensando en el chico, sino en el niño del ser humano. Creo que a los que tienen un resabio de inocencia les llega. Y no digo ingenuidad, sino inocencia. ”

“Lo planteé más que como una función, como una celebración”, completó el también dramaturgo y director.

Los números que acusa Piripincho, en poco más de un tercio de siglo, abruman: 40 espectáculos, 200 canciones originales y más de 60 personajes.

Y esta “celebración” se presenta como “una especie de memorándum de todas las obras”, una retrospectiva que hace hincapié “en el contacto con el público, que es de lo que se trata el teatro”.

“Es la oportunidad de “reencontrarme con los niños que hoy son padres, y con las madres que hoy ya son abuelas”, dijo Ansaldi.

Este trabajo de archivo llevó a Ansaldi a reencontrarse con sus “antiguos personajes”, según contó, mientras reparaba uno de los muñecos que participan de la función de este sábado y que lo acompaña desde los comienzos.

Esa carpintería de tela y peluche también lo empujó a conectarse –a disgusto– con los aspectos no tan tentadores de una retrospectiva, como lo es el pegamento.

“Volví a conectarme con esos muñecos, reformarlos. Y la verdad que es bastante fuerte todo eso. Tengo uno que ya fue reformado cuando hicimos los 20 años”, reseñó, entre risas.

Según señaló, todo responde a ese intento de subir a escena el pasado compartido con esa generación de treinta y pico “más que con la estética actual de Piripincho, que es la que conocen los chicos hoy”.

Una pantalla con poca imaginación

Al ser consultado sobre qué aspectos han cambiado en la niñez en estas tres décadas, el actor dijo que no nota cambios “antes de los cincos años”, pero sí pasada esa edad, sobre todo en los chicos con “mayor poder adquisitivo.”

¿Y qué traen las nuevas tecnologías? Para el director, las transformaciones están relacionadas con una “falta de imaginación.”

“Un mismo día hice la misma función en dos escuelas, una carenciada y la otra no. Yo por ahí uso muchas telas, muchas cosas simbólicas que representan, por ejemplo, el agua. Y los de la tarde decían «ah, es un trapo», y los otros, (chicos) «es el agua». Ahí se nota muy claro eso de que la imaginación se pierde un poco con ese tipo de tecnologías a las que están acostumbrados.”

Cargando audio...

Entrevista con Héctor Ansaldi