Karina Tejeda, más conocida como la Princesita, dialogó este jueves con A Diario (Radio 2). La cantante, que se presenta este viernes a las 21.30 en el teatro Broadway, San Lorenzo 1223, avanzó en la charla telefónica con Alberto Lotuf y Juan Junco sobre sus primeros pasos como vocalista, su pasión por el tango y el género melódico, de su timidez, y de las dificultades de ser mujer en un género poblado de hombres como lo es la música tropical.

Además, confirmó que su relación Sergio Agüero sigue firme.

“Cuando se ama lo que hace, cuando lo hacés con sentimiento, a la gente le llega”, explicó Karina en el comienzo de la entrevista, a la hora de explicar su “conexión con la gente”.

Y continuó: “Está bueno jugar con letras autobiográficas, pero mi vida es un poco más tranquila”.

Ya en tono íntimo, Karina se definió como “de no querer salir mucho, más familiera”.

Al ser consultada sobre la repercusión que alcanzó desde sus comienzos, que incluyó una presentación en el teatro Colón, reveló: “No me imaginaba nada de lo que me pasó. Ni siquiera mantenerme. Pensaba, «si duro un año, con suerte». Más que nada por ser una mujer en un ambiente tropical. Pensé que no me iba a ir tan bien”.

Fue entonces que deslizó las dificultades de se una cantante del género y reclamó: “Hacen falta más mujeres en la música tropical”.

También reveló cómo fue que asumió el mote de “la Princesita”: “En este ambiente, siempre tenemos un animador que nos presenta como si fuéramos unas reinas. Y a mí me parecía mucho. Yo pedía que me llamen con algo más chiquito”.

Fue así que de las opciones “reina”, “ángel” y “princesa”, optó por el diminutivo de esta última.

Karina contó que pese a llevar una década y media en los escenarios, siente “los mismos nervios que antes”, tal como ocurre con el entusiasmo.


“Las ganas de cantar son las mismas que cuando lo hacía por 30 pesos. Eso me alcanzaba para pagarme el colectivo para ir al colegio”, señaló sobre sus primeros shows, cuando tenía 15 años. Hoy acusa 29.

En el marco de la charla, Juan Junco destacó sus dotes para la canción melódica. Entonces, sobrevino la confesión: “Era lo que hacía cuando arranqué. De la música tropical me enamoré después”.

Y si bien admitió que trata “de volver a las raíces”, no tiene pensado cambiar.

Sobre el cierre, lanzó la segunda confesión: “El tango me encanta. Me gusta cantarlo. Escucho el bandoneón y no puedo dejar de emocionarme”.

La entrevista también giró en torno al público variopinto que asiste a sus recitales, de la afección vocal que tuvo –“si me pasaba hoy, no lo hubiera contado”– y que está bien de amores: “Sigo con Sergio”.