En su trabajo “ Filosofía de la gestión de la ciencia en Argentina a partir de la historia del CONICET”, Galati emplea una metodología documental para analizar la trayectoria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Comenzando con la creación de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias (AAPC) en el año 1933, entidad precursora en la investigación, pasando por el CNICyT creado por Perón en 1951 y llegando hasta la creación del CONICET en 1958, Galati realiza un análisis exhaustivo.

El rol del Estado en el planeamiento de las políticas científicas, los investigadores como fuerza motora para llevar adelante los proyectos de investigación, la formación de nuevos investigadores, las capacidades d. la Carrera del Investigador para absorber a los doctores y la canalización de estos a través de articulaciones con empresas, industrias y municipios, entre otros temas, son desglosados por Galati. El trabajo no es simplemente una descripción histórica; el investigador da su visión sobre las ciencias sociales y su reconocimiento por el CONICET, la mirada con que se aborda la ciencia básica y la aplicada en la actualidad y a lo largo de los años, y el lugar que deben ocupar los doctores así como sus funciones en el entramado científico-tecnológico.

¿Cómo surge tu interés para escribir este artículo?

Un artículo es siempre un disparador, sobre todo cuando tiene tan pocas páginas. Como a veces les digo a mis alumnos de metodología, hablando de que a veces cuesta comenzar un proyecto de investigación, que un artículo es siempre un disparador. Es importante poder escuchar otras opiniones, otras perspectivas sobre el tema.

Hace muy poco comenzó una materia que yo doy, Epistemología. En la primera clase surge la duda de cómo convencer al alumno de que es una materia importante, ya que al ser una rama de la Filosofía, la cual tiene la fama de que es una especie de decorado. Al buscar material para entusiasrmarlos, lamentablemente encontré algo que me impactó. Me refiero a la lectura de una persona que trabajaba en EE.UU. y escribía desde la década del 70. Le decía a la comunidad y sobre todo a los jóvenes, que no se dediquen a la ciencia. Esto está relacionado con lo dicho por el ministro, cuando expresó que el CONICET no está preparado para absorber todos los recursos humanos que forma.

Al leer lo de este científico en primera persona, me impactó más. Ya que no hablaba sobre hacia dónde va la ciencia, como decía el ministro, si no que decía no te dediques a la ciencia.

Coincidía con que en la década del 70 había una similitud entre EE.UU: y la Argentina en cuanto a que el Estado financiaba con una determinada cantidad de dinero, para absorber esos puestos. Los organismos de ciencia no brindan la posibilidad de absorber, como lo señalo en el artículo, las vocaciones. La mirada política es insoslayable.

¿Cuál es tu experiencia personal con el CONICET y t. visión de la política en la ciencia?

No es que ahora se participa más en política, creo que está más visibilizado. Cuando yo participaba como becario doctoral o posdoctoral no le prestaba mucha atención porque podía trabajar de eso. Pero cuando uno está del otro lado del mostrador se le presta más atención a la influencia de la política a la hora del trabajo en la ciencia, tanto en lo macro como en lo micropolítico. Ahora más que nunca veo la relación entre la política y la ciencia. Tal vez es cierto, como decía Nietzche, que cada libro que uno escribe es uno mismo hablando, pero es importante el doble discurso que tenemos. Por un lado uno trata de convencer a los alumnos para que hagan ciencia y después uno se encuentra con esto: alguien que dice vas a terminar haciendo posdocs, mudándote de un lado a otro, sin estabilidad, con un sueldo que no puede llegar a compensar todos tus intereses y peleando con tus colegas por algún puesto en la universidad o en el lugar donde trabajes.

Lo sorprendente es que la persona lo escribe pensando en los EE.UU. pero se aplica perfectamente aquí. Es algo que me excede pero que las autoridades deberían tener presente, sobre todo para evitar el doble discurso, el doble estándar político.

El ministro Barañao decía en aquella época (2012), que el CONICET no está preparado para absorber. Esto se va corroborando en las distintas políticas que tienen. Por ejemplo los ingresos a carrera que cada vez son más restrictivos. Barañao habla de derivar doctores que ha formado el CONICET a distintos puestos que las personas van solicitando y lo ponen en una base de datos del CONICET. Derivar recursos humanos a las industrias, las empresas, los municipios. Ahí es donde viene la polémica. El doctor piensa que haciendo ciencia en una vinculación más estrecha con la sociedad, el cumple su misión en la vida. Pero hay otros que dicen tener la capacidad de ver más a largo plazo. Houssay jamás hubiera pensado que sus investigaciones sobre el funcionamiento de las glándulas iban a poder terminar en avances para la diabetes. Quien se plantea ese problema hoy no puede desconocer lo que hizo Houssay en su momento. Creo que por lo menos tiene que estar dada la posibilidad de hacer ciencia de distintas maneras, no solo pensando que uno tiene que tener la anteojera de decir “tengo que resolver este problema”. Bienvenido si hay personas que pueden trabajar y resolver el problema aplicado, pero podría haber otras formas.

¿Qué reflexión te merece la comunicación de la ciencia?

El marco teórico del trabajo está inscripto en el pensamiento complejo. El tema de la comunicación es crucial. La comunicación entre los científicos también es importante. A veces uno no sabe lo que está haciendo el otro, no sabe cuáles son las políticas de la universidad, los incentivos que puede dar, los programas. De esta manera se repiten trabajos, se pierden oportunidades. 

Si bien el científico debería trabajar de una manera bastante libre, eso no lo exime de comunicar sus resultados. Es distinto trabajar con la presión de la sociedad a que uno no deba rendir cuentas de lo que ha hecho.

En la docencia, ¿cuál es tu visión de la importancia en la interacción docente alumno?

En una primera clase, cuando les pregunto quiénes son para saber con qué personas trabajo. Muchos me decían que habían abandonado la educación a distancia. Me contaban que habían abandonado ese sistema por algo presencial. Creo que no hay diferencias entre ciencias duras y sociales. Tengo la impresión de que es irreemplazable, ya que tiene que ver con el diálogo humano. Así empezó la Filosofía, dialogando. Esto es algo que a veces se pierde mucho por la lectura y la repetición de los textos. Parece que es un mal de los tiempos este tema del cerramiento, la infantilización., la superficialidad de los análisis. Creo que uno de los rescates tiene que ver con el diálogo, el trabajo conjunto y la libertad para el científico.

Parecería que hemos puesto muchas expectativas en la tecnología, pensando que nos va a solucionar todo.

Con referencia a la tecnología, en las clases siempre hay un momento para reflexionar sobre el espacio donde uno está trabajando: la parte técnica, la parte científica y la parte filosófica. Creo que esto es fundamental. Creo que la técnica es fundamental pero nunca deja de ser un instrumento. Y por esto, uno tiene que tener conciencia de la finalidad por el cual lo utiliza. En este caso y, y hablando de cámaras, micrófonos, Internet, etc. También está la posibilidad de ir rompiendo fronteras con respecto a la actividad científica propiamente dicha. Uno no debería dejar el espacio para filosofar sobre el tema. Parece hoy tan asentado que la única ciencia que podemos hacer es aplicada. Esto sería como un maquillaje de la técnica. Uno también tiene que tener los espacios para reflexionar. Tal vez, de algún loco perdido alguien pueda seguir una línea y eso podría significar un cambio. Cuántas veces habrán criticado a Colón cuando quiso zarpar para “descubrir” América? ¿Qué hubiera pasado si no hubiera habido un hombre tan aventurero como el de la edad moderna? O como un Lutero, que protestó y Calvino también. Ahí se pega con lo que decíamos respecto de dejar de esperar todo del Estado. Me da la impresión de que eso va a ser muy difícil en la Argentina de hace muchas décadas. Esto daría lugar a otro debate.

Me da la impresión de que si una persona no cree firmemente que ella y nada más que esa persona es la autora de su propia salvación, lo cual tiene que ver con la más tierna infancia en la educación y cómo cada institución que maneja dinero público lo piensa, por ahí podría haber alguna pista en cuanto qué hace el científico, por qué lo hace, cómo lo comunica.

Cuando uno está firmemente convencido de que es el autor de su propia salvación, uno puede decir trabajo en lo que me gusta y por eso la comunicación va a ser una derivación lógica de esa felicidad que el individuo siente. Porque él sabe que no va a trabajar en algo que no le guste. Ahí la comunicación, el trabajo en equipo y juntarse con otros que disfruten de ese mismo interés será algo común y más natural.

¿Qué otras cuestiones influyeron en que escribieras este trabajo?

Como me interesa tanto el tema, empecé un postgrado, un doctorado en Epistemología en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Ahí había una materia llamada Historia de la Ciencia III, en donde abarcábamos la temática de la Argentina. Pude desarrollar una pequeña carrera en el CONICET como becario doctoral y postdoctoral. Quedó ahí trunca la posibilidad de ingreso a la Carrera del Investigador.

Como aprendí a poner en palabras mis inquietudes, se unieron mi gusto por la ciencia y en este caso por la historia de la ciencia, más mis motivaciones y la posibilidad de la escritura. Esto es lo complejo de la vida de una persona. Uno tiene que tratar de hacer lo que le gusta pero también pensar en la utilidad práctica que implica todo artículo, el cual sirve para la carrera docente y para los concursos en los ingresos. Encontré la posibilidad justa de poder escribir algo que me gusta.

También hay algo importante. Mi moraleja personal es que uno no está atado a los títulos ni al pasado. Uno puede ir construyendo sus propios intereses e inquietudes académicas a medida que se va desarrollando como persona. Te habrás planteado que no habrás querido que te identifiquen solo con tu profesión, ya que eso no reflejaba tu personalidad ni tus deseos en la vida. 

Vuelvo a esto de cada parte autobiográfica que tiene un artículo, porque hay que reconocerlo. Uno no cae de un planeta y aterriza acá y empieza a escribir. Creo que tiene que ver con una postura y una subjetividad. Es importante que la objetividad esté en reconocer la subjetividad, no en ocultarla. Nada está escrito con otras intenciones. Es mi historia y cómo yo la puedo respaldar con datos concretos. Seguramente habrá partes de las perspectivas que habré ocultado, a lo mejor sin mala fe. Pero siempre un artículo es el puntapié para poder incorporar voces de personas que me digan “¿pero Ud. dónde cree que está el científico?, o “¿por qué cree que tiene que emburbujarse”. Bienvenidas sean las críticas y la posibilidad de replantear en un segundo o en un cambio de opinión con una oportunidad para otro trabajo.

La AAPC está intimamente conectada al surgimiento de la investigación en la Argentina.

Quería agregar que un organismo tan importante como el CONICET surgió a partir de una asociación privada como la AAPC. Hay que tener en cuenta a los fines del conocimiento, una de las ventajas de la historia. La historia roza tanto con la filosofía porque nos hace ver el origen de las cosas. Y en base a esto, cómo uno puede seguir la tradición o pretender un cambio. En los primeros momentos surgió de una rama de las ciencias duras: Física, Matemáticas. Eso puede tener que ver también con una especie de recomposición o de recompensa histórica hacia los cientistas sociales, que siempre fueron vistos como una especie de tierra de la metafísica o de la subjetividad en donde uno puede decir cualquier cosa. Y no es así. Esto daría lugar para otra charla.

El reconocimiento vino de las propias ciencias duras cuando por ejemplo Prigogine, el premio Nobel de Química, reconoce el papel de la incertidumbre y de la subjetividad del investigador. Ahí se comienza a tomar conciencia de la importancia de las Ciencias Sociales. En el nacimiento, cómo convivieron en su origen Houssay y García que eran tan antagonistas entre ellos, a pesar de lo cual no profundicé en la convivencia a partir de hechos concretos. Pero supongo que han podido convivir, que es lo que a veces es una materia pendiente para nosotros, a nivel político, científico y en general.

Feria del Libro

Galati estará presentando su libro "Los comités hospitalarios de bioética. Una comprensión trialista y transdisciplinaria desde el Derecho de la Salud" en la Feria del Libro que se encuentra en el Predio Ferial de la Sociedad Rural, stand 1722, el viernes 6 de mayo a las 18 hs.

A título personal

Elvio Galati

Abogado

Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Rosario (UNR)

PosDoctor en Derecho por la Universidad de Buenos Aires

Docente regular de la UNR

Filosofía del Derecho, Derecho de la Salud e Introducción al Derecho

Facultad de Derecho

Miembro del Programa Pensamiento Complejo – Centro de Estudios Interdisciplinarios - UNR

Miembro de la Comisión de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas - UNR