La ubicación de los jugadores define las futuras relaciones entre ellos. Saber posicionarse e interpretar situaciones del juego, es básico para cualquier futbolista. De esas posiciones depende la identidad y la estructura de un equipo.

Desde la partida de Martino, esas ubicaciones de los jugadores fueron variando notoriamente. Los espacios que hoy genera Newell´s son distintos.

Lo podemos observar en dos jugadas del actual Newell´s dirigido por Gallego en dos partidos ganados y en donde su público terminó aplaudiendo.

Son dos jugadas positivas, una termina en gol. Pero que en sus desarrollos exhiben diferencias en el estilo de juego de Newell´s. En un momento, en el inicio de la jugada frente a Unión, se pueden contar hasta cinco jugadores por detrás de la línea de la pelota en campo propio sin presión del rival. En la jugada del partido frente a Crucero del Norte, una constante en este torneo: superioridad numérica del rival en la zona media y creación de opción de gol mediante un duelo ganado en un rebote o “segunda pelota”.

Son pequeños detalles que difícilmente sean percibidos por los resultados. Pero que muestran una idea de juego, una determinada manera de entender el fútbol. Ni la de Martino, ni la de Gallego, ni la de Bielsa, son mejores o peores. Son distintas. Ahí descansa el verdadero punto problemático de Newell´s. Si hace meses apuntaba a consagrar una idea conjunta en el club, hoy su primer equipo se sale de ese marco. Mientras tanto, en divisiones menores se intenta aunar un ideario híbrido, y posiblemente impracticable, entre Bielsa y Martino.

Existen conceptos de juego que ya estaban identificados con el club gracias al último Newell´s campeón y que hoy no son hábitos. Ha dejado el "tercer hombre" por una construcción lenta que hace que los mediocampistas centrales se preocupen más por el pase de inicio que de recibir y otorgar el segundo pase en la jugada. Sus defensores centrales no generan constantemente conducciones que generen superioridad en la zona media. Si los jugadores del Newell´s de Martino empezaban el juego distantes entre sí para culminar reunidos en relación a la pelota en zonas de definición, el de estos tiempos elige el camino contrario.

Newell´s tuvo y tiene la posibilidad de definir un estilo de juego. Saber si sus equipos, tanto el primero como los que pertenecen a las inferiores, priorizan la verticalidad y el desmarque para atacar o validan una construcción con paciencia. Si en organización defensiva persiguen al hombre o utilizan el juego en zona. Si necesita que se "fabriquen" volantes de ida y vuelta o mediocampistas de control. Si sus equipos colocan demasiada gente en banda o dan prioridad al centro del campo.

Si jugar para tocar o tocar para jugar es distinto, Newell´s necesita reordenarse. El primer equipo sigue haciendo muchos pases pero necesita interpretar el "juego de posición", comprender cuándo conducir y cuándo pasar para que no juegue al "pasar por pasar". Cuando las críticas hacia Gallego o el entrenador de turno crezcan, es importante recordar al estilo. Es lo más importante que puede tener un equipo de fútbol, saber a qué juega. Sobre todo para que sus propios jugadores estén convencidos de esa determinada manera de entender el juego. Newell´s la tuvo gracias a Martino y su contextualización rosarina del modelo Barcelona. Todos sabían a qué jugaba, las inferiores se identificaban con el primer equipo, y los jugadores adoraban ese juego. Un estilo difícil de entrenar e interpretar. Un estilo que hoy intenta tener la selección argentina y que ningún equipo del torneo local pretende imitar. Un estilo que por circunstancias decidió cortarse y retornar a la forma de otro entrenador campeón y ganador. Un estilo que muchos minimizan pero que debe ser guía futbolística. 

Más allá de los resultados, que pueden variar de ánimo la semana que viene, Newell´s tiene una crisis de interpretación del estilo que le dio brillo y orgullo en los últimos años.