Las nuevas tecnologías son usadas de manera cotidiana y en algunos casos hasta de modo excesivo. En ese sentido según algunos científicos se podrían dar efectos negativos para la salud e incluso hasta hacer evolucionar al cuerpo humano de un modo diferente.

En consonancia, la compañía de telecomunicaciones TollFreeForwarding.com creó un modelo de representación corporal, basado en esa clase de estudios, que muestra cómo podrían evolucionar en el futuro las características físicas del ser humano obsesionado con las tecnologías.

Según los especialistas, el uso regular de dispositivos tales como los teléfonos inteligentes y el trabajo constante frente a una pantalla de ordenador tienen un impacto significativo en la manera de sentarse y la postura. "Pasar horas mirando hacia abajo, en el teléfono, deforma el cuello y la columna vertebral pierde su equilibrio. En consecuencia, los músculos del cuello tienen que hacer un esfuerzo adicional para sostener la cabeza", explica Caleb Backe, experto en salud y bienestar.
Además, afirma, el cráneo del ser humano del futuro se "espesará" para proteger al cerebro de la radiación de radiofrecuencia emitida por los teléfonos inteligentes (que, según estudios de algunos especialistas, puede ser potencialmente peligrosa para las personas). Al mismo tiempo, y de acuerdo con una teoría científica que afirma que un estilo de vida sedentario está reduciendo la capacidad cerebral de la gente, el modelo indica que el volumen del cerebro se verá disminuido, según publicó Actualidad.rt.com.
En la representación gráfica de este modelo corporal, denominado Mindy, también se puede apreciar que una mano permanece en posición inusual, como si sus dedos estuviesen siempre sosteniendo un teléfono. As¡mismo, el codo se mantiene en un ángulo de 90 grados.
Una última característica que destaca mucho en este modelo es la presencia de un segundo párpado, que protegería los ojos de la excesiva luz emitida por los dispositivos electrónicos. "Los seres humanos podrían desarrollar un párpado interno y más grande para evitar la exposición a una luz excesiva, o el cristalino del ojo podría evolucionar de tal manera que bloqueara la luz azul entrante, pero no otras luces con alta energía luminosa, como el verde, el amarillo o el rojo", afirma Kasun Ratnayake, científico de la Universidad de Toledo (EE.UU.).