El Banco Central dispuso el miércoles un conjunto de medidas cambiarias que en la práctica dificultan el acceso a dólares en el mercado oficial y en el mercado bursátil para el financiamiento de la importación de productos de lujo.

Con la idea de frenar la salida de reservas, las restricciones se presentaron como circunscriptas a artículos suntuarios como autos de alta gama, embarcaciones, el caviar y bebidas alcohólicas costosas. Y se aseguró que el objetivo es que los importadores de esos productos de alto valor financien con sus propios billetes o tomando crédito externo en moneda dura esas compras.

Pero este jueves la Cámara Argentina de Importadores publicó un estudio a fondo de los alances de los cambios y detectó que también fueron alcanzados en en la resolución productos como gaseosas, cervezas, electrodomésticos y hasta maquinaria agricola.

En detalle, los productos no suntuarios alcanzados son: 

x) Agua Mineral con y sin gas

x) Gaseosas con azúcar o edulcorante

x) Grandes heladeras, refrigeradores, enfriadores de botellas, etc.

x) Lavavajillas

x) Pulverizadores autopropulsados para uso en Agricultura

x) Cosechadoras, trilladoras

x) Sembradoras

x) Lavarropas (salvo los que van con ficha para las tiendas de lavado)

x) Microondas

x) Hornos eléctricos, excepto los de empotrar

x) Motos y ciclomotores, todas las cilindradas

Ante esta medida que restringue por 90 días desde el despacho a plaza el acceso a divisas para importar esos productoes, la Cámara de Importadores de la República Argentina advirtió que se producirán los siguientes efectos:

1) Aumento casi instantáneo de precios de los stocks existentes. Presión para la Inflación.

2) Probable desabastecimiento porque es imposible conseguir financiación en los plazos indicados.

3) Gran impulso para el contrabando y el mercado ilegal, sobre todo de telefonía celular, bebidas, relojes y todo lo que pueda ser guardado en una caja, como algún pequeño electrodoméstico.

4) Disminución de la calidad de vida y consumo de los argentinos, pagando más por productos de menor calidad, duración y tecnología.

Si bien en algunos casos se frena el ingreso de productos industriales que se fabrican en la Argentina, hay otros en los que se está encareciendo el acceso a equipos para producir, como es el caso de maquinaria agrícola.

En efecto, en Argentina la producción de sembradoras abastece al mercado interno, pero en cosechadoras la mitad son importadas y la otra mitad son ensambladas en el país en base a piezas en su  mayoría importadas. Si bien, al tratarse de empresas globales, tienen la espalda para poner sus dólares sobre la mesa, el problema no es el abastecimiento sino el encarecimiento del precio final al productor agropecuario argentino.