“Una locura”. Así calificó el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Daniel Nasini, a la decisión del juez que lleva la convocatoria de acreedores de Vicentin, Fabián Lorenzini, de pesificar casi la totalidad de la deuda que la defaulteada aceitera acumuló con el agro.

“Está licuando todas las acreencias comerciales afectando a toda la cadena de comercialización, sobre todo porque todo indica que es un concurso que va para muy largo”, señaló Nasini durante su participación en el marco del ciclo de reuniones virtuales con diferentes referentes del agro que organiza todos los jueves la consultora Agroeducación.

Nasini también criticó que se pesificó la acreencia comercial cuando se mantuvo en dólares las acreencias financiera (de los bancos extranjeros y de los bancos argentinos que le prestaron para prefinanciar exportaciones). “Hacer esa diferencia también genera un desbalance entre acreedores”, dijo el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario.

En efecto, en la mesa de negociaciones para la venta y reestructuración de Vicentin, que la propia empresa inauguró, ahora la mayor influencia quedó en los bancos extranjeros y el Banco Nación, quedando con menos poder de fuego los acreredores comerciales, claves para la hipotética reactivación de la firma ya que son los que deberían vovler a abastecerla de granos.  “Bregamos y queremos que el concurso se resuelva los más rápido posible. Y después quedan las denuncias penales, pero observamos que la parte económica esta licuándose”, resaltó Nasini.

Somos de la idea de que Vicentín es una empresa que se puede rescatar y mantener, pero en manos adecuadas, en manos de otra gente.

La Bolsa de Comercio de Rosario, junto con otras entidades del sector, presentaron escritos a la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe explicando que el comercio de granos es un negocio dolarizado y que por eso la pesficiación de las deudas de Vicentin podría provocar un serio descalce a los acopios, productores, corredores y cooperativas acreedoras. Hay que resaltar también que en la conducción de la Bolsa tienen asiento representantes de los principales acreedores comerciales perjudicados por la pesficiación, como Grassi SA y ACA

Con todo, a mediados de enero, y siguiendo el criterio de la Sindicatura y de la normativa concursal (que a las deudas en mercadería no pagada la pesifican al tipo de cambio de la fecha de presentación del concurso), Lorenzini pesificó las acreencias de acopios y productores que le vendieron granos. Hoy, con el dólar oficial cotizando a $85 cuando al momento de presentación de la convocatoria estaba a $65, la licuación ya ronda el 40%.

En concreto, el juez admitió 1.290 acreedores granarios resultando 111 admisibles en dólares y 1.266 en pesos, por lo que  equivale a una suma total de $ 23.956.545.784,63  y U$S31.211.979,47. En paralelo, dejó en dólares las acreencias financieras de Vicentin con los bancos extranjeros (u$s 500 millones) y los bancos nacionales que prestaron para prefinanciar exportaciones (u$s400M).

Sobre el futuro de Vicentin, Nasini resaltó que “somos de la idea de que Vicentín es una empresa que se puede rescatar y mantener, pero en manos adecuadas, en manos de otra gente”.  Finalmente, para el presidente de la Bolsa, “Vicentín se puede reestructurar, pero así como estamos vamos hacia el desguace”. Venta o desguace, ahí está el nuevo foco central de la crisis  de Vicentin. Y el resultado está abierto.