Entre el domingo y este martes llovieron promedio entre 15 y 20 milímetros de agua en la zonas productivas agropecuarias del centro del país, lo suficiente como para cambiarle el humor a los productores. Es que el caudal de agua que cayó fue importante, con zonas que rodearon los 24 milímetros –se sumó otro poco este miércoles–, llegó justo a tiempo para evitar mayores pérdidas en la cosecha el trigo y hasta sirvió para preparar bien el suelo de cara a la siembra del maíz.

El ánimo de los productores ahora es totalmente distinto. Y es que las lluvias fueron mayores a las esperadas, pero además fueron homogéneas en toda la zona núcleo, cuando las últimas habían caído sobre zonas puntuales. Y hasta fueron suaves y permanentes, lo que facilita la infiltración del agua en los suelos”, le comentó a Rosario3 Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Precisamente, la entidad bursátil local había alertado la semana pasada que la combinación de la fuerte sequía con las sucesivas heladas estaba poniendo en riesgo unas 200 mil hectáreas sembradas con trigo. “Una buena parte de la suerte de esas 200 mil hectáreas ya estaba sellada. En los próximos días vamos a poder calcular cuántas se salvaron y el estado de los cultivos”, resaltó el ingeniero agrónomo.

El mes clave para la siembra de trigo es octubre, pero la falta de agua fue de tal magnitud que significó una verdadera paliza para el campo y provocó que en agosto ya estemos sufriendo la falta de lluvia”, agregó Russo.

“Pero lo más importante es que las lluvias fueron muy buenas y significaron un cambio de tendencia. Y hasta sirve para motivar la siembra de maíz, que tiene buen precio a futuro pero había dudas en los productores sobre sembrar bajo las condiciones climáticas previas”, dijo el especialista. La fecha clave para la siembra del maíz es el 15 de septiembre.

Con respecto al trigo, la última proyección de superficie sembrada que calculó la Bolsa de Comercio de Rosario fue de 6,5 millones de hectáreas, cuando la primera había sido de 7 millones. Y en lo que hace a producción, la entidad bursátil rosarina calcula unas 18 millones de toneladas, cuando previo a la seca se proyectaban 22 millones.