Molinos Agro S.A, del grupo Pérez Companc, anunció este miércoles al mediodía "su decisión de abandonar su participación en el grupo de “interesados estratégicos” en el marco del proceso concursal que atraviesa la empresa Vicentin S. A. En concreto, por decisión del accionista, se bajaron de la compra de la agroexportadora en default. Igual, la firma aclaró que los contratos a fazón que tiene en las plantas de Vicentin seguirán vigentes ya que es un negocio puntual que corre por separado a la compra.

Según informó, su decisión está fundamentada en función "de la complejidad del actual contexto internacional y nacional". Un escenario que, dice, "plantea una elevada volatilidad en el plano local, particularmente en las cuestiones regulatorias derivadas de la inestabilidad económica mundial que según entienden afecta especialmente al sector agroexportador".

Pero también consideran "que la afectación del comercio de alimentos y materias primas, la disponibilidad y costos de energía y las dificultades para el acceso al capital, como consecuencia de la inflación y las altas tasas de interés, constituyen un factor de sumo riesgo que conlleva a tomar esta determinación".

Conocida la situación, desde Vicentin señalaron que "no modifica en absoluto el estatus de la propuesta concursal presentada en el expediente", que -según la aceitera- "ha cosechado en las últimas semanas una contundente aceptación, encontrándose en vías de consolidar las mayorías necesarias, tanto en términos de las conformidades personales como así también de los montos de capital requeridos para alcanzar su aprobación". Si bien Vicentin no lo aclaró, que Molinos se baje pero siga en pie la oferta significa que ACA y Viterra tendrán que aportar más dinero. 

Vicentin tambien señala que "ante la eventualidad descripta, las otras empresas que participan de este proceso, ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas) y Viterra Argentina S.A han confirmado ante las autoridades judiciales su continuidad y su compromiso de garantizar los fazones que permiten asegurar los insumos necesarios para mantener operativas las plantas. Todas las condiciones expresadas en la propuesta de pago, han sido ratificadas en todos sus términos".

Justo en horas decisivas para la empresa  (ya que el juez del concurso Fabián Lorenzini debe decidir si le otorga más plazo a la empresa para negociar el acuerdo con los acreedores o si habilita a que terceros interesados puedan armar su propio plan de rescate), desde Vicentin señalaron: "Confiamos que próximamente se podrá confirmar que han sido alcanzadas las mayorías y que, de esa manera, el proceso concursal de Vicentin, alcanzará un hito trascendente en pos de garantizar la continuidad operativa de la compañía y de sus trabajadores, al mismo tiempo que esta solución, alivia de manera considerable el impacto que la crisis financiera de la empresa genero en tantos pequeños y medianos productores agropecuarios que verán resuelta de manera efectiva el cobro de sus acreencias".

“No es momento”

“En línea con la prudencia, que ha sido un activo central para la sustentabilidad del Grupo Perez Companc durante más de 70 años, Molinos Agro considera que en el contexto internacional y nacional que se presenta, no es la oportunidad de tomar compromisos de esta naturaleza”, señala Molinos.

Y aclara: “esta decisión no modifica en nada el compromiso que el Grupo tiene con este negocio donde es un actor relevante del sector de industrialización y exportación de cereales y oleaginosas, y con el país, donde emplea a más de 9000 personas en forma directa a través de sus empresas en los sectores de alimentos, agro y energía”.

Las razones que esgrime Molinos para bajarse del grupo de “interesados estratégicos” tienen mucha tela para cortar. Es que mientras que Viterra es multinacional (y tiene una casa matriz global que la financia) y ACA es la principal asociación cooperativa agraria (que está en apogeo y no tiene dueño privado) pueden seguir apostando dinero en un contexto difícil, una empresa nacional (de la talla que sea) se encuentra con un escenario económico (inflación, regulaciones, costos operativos y tasas de interés) muy arriesgado para invertir en un mercado de uso intensivo y permanente del capital, como el aceitero. Y eso tiene que ser un llamado de atención. Si bien, en caso de prosperar igual el traspaso, el gobierno puede decir que Vicentin no se extranjerizó por la presencia de ACA, está claro que el escenario del mercado de granos se hace cuesta arriba para las firmas nacionales.

En rigor, Molinos Agro siempre fue la menos interesada del grupo en participar en la adquisición. Mientas que ACA es la principal acreedora comercial (le quedó debiendo 5 mil millones de pesos) y Glencore era socia mayorista en la aceitera Renova (que es la “joya de la abuela” de los activos), el grupo de Pérez Companc no era ni acreedor ni socio, por lo que estaba menos comprometida. Y esa menor exposición provocaba que siempre era la más reticente para avanzar.

Y si bien había una oportunidad para Molinos Agro en algunos activos de la aceitera (vinculados al agregado de valor en el aceite envasado), además de tener la planta lindera en San Lorenzo (sumando la de Vicentin podría tener un muelle para barcazas que hoy no tiene), tampoco era que se mostraba desesperado por el negocio. Es más, cada vez que se discutían los montos a aportar, siempre era la firma más reticente a abrir la billetera. Precisamente, su salida puede apurar el proceso.