El desplome del precio de la soja -que ayer cayó 43 dólares quedando a 490 muy lejos de los 603 dólares que llegó a valer el 12 de mayo- tiene un muy fuerte impacto negativo en la economía argentina.

Básicamente por las retenciones, los productores argentinos no reciben el precio pleno que tiene la soja en el mercado mundial sino que les llega con un descuento del 60%. Por caso, ayer la soja disponible cotizó en la Bolsa de Comercio de Rosario a 295 dólares, pero igual se mantiene en pesos casi un 50% arriba del año pasado al cerrar ayer a $28.000.

Así como la cuando la soja cotizaba a valores récord de 600 dólares los productores no estaban, por las retenciones, invitados a la fiesta global, ahora que el precio se desploma el sector sufre más el bajón que el resto del mundo. Y con menos renta, de mantenerse esta tendencia, serán menores las inversione. del agro en insumos, maquinaria y real state.

El principal impacto del bajón de precios lo sienten los productores, sobre todo los que todavía no vendieron o no le pusieron precio a la soja que entregaron. Y la caída de ingreso llega justo cuando están proyectando las inversiones necesarias para la nueva campaña con insumos que vienen con fuertes subas en dólares.

"Los insumos están subiendo en dólares un 80% contra el año pasado a lo que hay que sumarle la suba del precio del dólar contra 2020, que fue de un 40%", alertó Estéban Motta, presidente de la Filial de Federación Agraria en Piamonte. "La urea cuesta ahora u$s640 la tonelada cuando en junio del año pasado valía u$s370; mientras que el fertilizante más usado cuesta hoy u$s7 el litro contra los u$s3.70 que valía en junio del año pasado; y a todo eso hay que recordar que en junio del 2020 el dólar estaba a $40 y hoy está a $100", resaltó.

Pero así como la suba récord de la soja significó un fuerte aumento en la recaudación de retenciones y en el ingreso de dólares al país por la liquidación de exportaciones, el cambio de escenario supone un resultado adverso. "Argentina podría perder cerca de U$S 6.800 millones en exportaciones para engrosar sus reservas, y $ 172.000 millones por ingresos fiscales", calculó esta mañana el consultor Salvador Di Stéfano.

Perder ingresos fiscales no es una buena noticia para un gobierno que enfrenta muchas presiones para subir gastos para reactivar la economía mientras en paralelo apuesta a rebajar el déficit fiscal para estabilizar la moneda y poder cerrar un entendimiento con el FMI que reprograme pagos de deuda. Y que ingresen menos divisas por liquidación de exportaciones también supone un aumento de la tensión cambiaria ya que habrá menos dólares en el mercado argentino.

La soja se desplomó ayer por razones financieras: los fondos globales que tienen posiciones tomadas en contratos de soja desarmaron ayer todos su negocios ante el anuncio de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) de que analiza subir tasas de interés para contener la suba de precios de esa economía revalorizando así otras inversiones más seguras que los granos como son los bonos estadounidenses.

Como la condiciones del negocio sojero propiamente dicho se mantienen alcistas (fuerte demanda global, con China a la cabeza, ante una oferta sin mucho resto por las condiciones climáticas), analistas del mercado cerealero esperan que la oleaginosa no siga bajando y si bien la proyectan lejos de los 600 dólares la ven por encima de los precios de ayer. No en vano, en el mercado nocturno de Chicago (que son negocios informales en la previa a la apertura formal) este viernes a la mañana ya recuperaba el 50% de lo perdido ayer.