El economista y ex presidente del Banco Central de la República Argentina Martín Redrado fue muy crítico con el gobierno nacional a la hora de hablar sobre las políticas para combatir la inflación. Dijo que no hay “un enfoque integral”, solo instrumentos “inefectivos” como los precios cuidados y los controles de precios. Estimó que la inflación de mayo será del 5 por ciento, prevé que en junio será superior por las subas en las tarifas del gas y la luz, y que hay un piso anual del 72 por ciento.
“La política económica es mala y hay que hacer un giro”, señaló, y para promover la producción recomendó bajar aranceles de importación y un acuerdo político para sacar leyes que den previsibilidad y un horizonte de estabilidad. Apuntó a seguir con atención el devenir del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el mercado cambiario. Sobre la gobernabilidad en este contexto económico, respondió que “depende de lo que haga el gobierno” y no se metió en ninguna especulación política.
Redrado participó del encuentro anual que organiza la Federación Gremial de Rosario y la Cámara Argentina de Comercio y allí tuvo un mano a mano con Rosario3.
-¿Cómo se sale de esta espiral inflacionaria que hay en el país?
-Lamentablemente no hay un enfoque integral para combatir la inflación en el país. Se viene pateando la pelota para adelante tratando de tapar el sol con las manos. Instrumentos como los precios cuidados o los controles de precios son inefectivos para combatir la inflación y lo sabe cualquiera de nosotros cuando vamos al supermercado. Según un informe de la Fundación Capital, el año pasado la diferencia entre un producto del programa Precios Cuidados y un producto casi de las mismas características era del 30 por ciento y este año ya es del 45 por ciento. Esas distorsiones se van acumulando hacia adelante.
Hay que bajar aranceles de importación y hacer un acuerdo político para sacar leyes que den previsibilidad
-¿Cuáles son las proyecciones de la inflación?
-No va a estar tan alta como en los meses anteriores porque la está frenando la caída del salario real que va por debajo de la inflación y lo saben los trabajadores cuando cobran sus salarios. Los aumentos de precios se pueden consolidar menos porque es menor el poder adquisitivo de los salarios. Nuestra estimación para mayo es del 5 por ciento y una tasa mensual promedio del 4,5 al 5 por ciento. Y en junio puede impactar el aumento de las tarifas de gas y luz, pero el piso de la inflación anual está en un 72 por ciento y en el corto plazo tenemos que mirar cómo se moverá el mercado cambiario. Hasta ahora el enfoque del gobierno es tirar los problemas para adelante.
-¿Cómo impactan en la economía las diferencias dentro de la coalición gobernante y los cambios en el gabinete como fue la salida de (Matías) Kulfas del ministerio de Desarrollo Productivo?
-Lo importante es la calidad de la política y no los nombres. Hay que dejar los egos de lado. Hay que mirar la calidad de la política y hoy la calidad de la política económica es mala. Más allá de los nombres, lo importante es hacer un cambio, un giro de la política económica. Hoy lo que se ve en el mundo es una gran oportunidad para la Argentina y nuevamente el tren de la historia pasa por el andén del país, se están demandando alimentos y Argentina es exportadora de alimentos. Un ministro de Brasil me decía que frente al aumento de costos internacionales de los fertilizantes, lo que hicieron fue eliminar los aranceles de importación para promover más producción e inversión y no como acá que se le suben los impuestos a quienes producen. Si queremos que el campo produzca más, hay que bajar aranceles de importación por lo menos por un tiempo para que los fertilizantes cuesten menos, por ejemplo.
Hasta ahora el enfoque del gobierno es tirar los problemas para adelante
-¿El escenario económico puede complicar la gobernabilidad?
-Un profesor en la universidad me decía que cuando tenés una pregunta difícil de responder, siempre hay que responder 'depende'. Y depende de lo que haga el gobierno, si sigue con más de lo mismo poniendo restricciones a las exportaciones habrá menos producción. La dinámica del gobierno es acortar cada vez la frazada y la frazada te va a ir cubriendo menos. La tensión es evidente, hay que ver la situación cambiaria también, en épocas de vacas flacas. También se habla poco y se patea para adelante la cuestión del programa con el FMI. Vamos en camino a generar incumplimientos, el organismo seguramente nos dará los denominados perdones, pero nos pedirá algo a cambio. El programa es mediocre, Argentina no fue con un programa concreto y por ahora el Fondo nos marca la cancha con metas fiscales, monetarias y de acumulación de reservas. Veremos cómo será nuestra capacidad negociadora.
-¿El gobierno necesitará de otro acuerdo político para transitar los más de 500 días que le quedan hasta el 10 de diciembre de 2023?
-Es posible cambiar este estado de mediocridad o estancamiento con inflación alta con un acuerdo político que saque leyes para favorecer la producción y un programa de estabilidad y sostenimiento. Hay que ampliar la base de sustentación, leyes que marquen previsibilidad, que se sepa a futuro un camino en materia de impuestos y costos previsibles. Y para eso se requiere de consensos en el Congreso y con los gobernadores. Así como sucedió a lo largo de la historia reciente con los programas económicos de Juan Sourrouille, Domingo Cavallo y Roberto Lavagna. El común denominador fueron las leyes que aprobó el Congreso: a Sourrouille la ley de desagio, a Cavallo la de convertibilidad y a Lavagna la de emergencia económica. Tres casos donde hubo un momento o atisbo de éxito y con tres condiciones objetivas: un programa económico, un Ministerio de Economía unificado, y las leyes que dieron credibilidad y un camino seguro.
