Termina una semana muy caliente para la economía con la disparada del dólar blue por encima de los $200, la batalla por el congelamiento de precios y las imputaciones por estafa al directorio de Vicentín. No obstante, el intento de renovación institucional post Alberto Padoán, precisamente el referente de Vicentín, en la conducción de la Bolsa de Comercio de Rosario concentra la atención de los círculos empresarios locales. Por eso será el único tema de esta suerte de "run run temático", quedando para la tardecita de este domingo su versión "clásica" que vendrá con novedades en el mercado inmobiliario, el comercio, la industria y las últimas noticias con los financistas en default que mantienen en vilo a inversores y ahorristas. Y atención que hay un fideicomiso financiero que quema. Arranquemos:

La renovación de autoridades en la Bolsa de Comercio de Rosario, la principal entidad empresaria del interior del país, se calentó tanto en las última horas que está por entrar en un punto sin retorno. A días del vencimiento de plazo para presentar listas, la conducción heredada del aceitero Alberto Padoán (Vicentín) no tiene consenso para presentar un candidato propio, pero rechaza los intentos de renovación institucional que reclaman los socios. ¿Habrá elecciones internas?

¿Cómo es la situación? El 5 de octubre, de manera sorpresiva y a menos de dos meses de la asamblea anual, el agente de Bolsa Daniel Nasini anunció que, por razones personales, no se presentará a la re-elección que lo habilita el estatuto.

¿Dejó un sucesor propuesto? No. Sólo aventó a su vicepresidente Hugo Grassi (h) a que le tome la posta. Fue así que el corredor empezó en soledad a recorrer el espinel de socios y sectores para sumar gente a la lista y mostrar su proyecto de conducción.

Pero Grassi no logró sumar todos los apoyos internos necesarios para encarar la gestión y tuvo dificultades para armar una lista. ¿Cuál era la oposición al corredor? En principio su construcción política vertical y no horizontal propia de otros tiempos de la Bolsa, pero que ahora perdió legitimidad en la base de la entidad que busca conducciones más colegiadas.

Pero, más allá de Grassi, lo que los socios manifiestan es la necesidad de un fuerte proceso de reconversión institucional de la Bolsa luego del proceso de extrema politización y agenda institucional marcada por sólo algunos intereses sectoriales y personales que le imprimió la gestión de Alberto Padoán (Vicentín). Agenda focalizada que descuidó intereses generales, como los del mercado físico de granos y del mercado ganadero.

Y la gestión de Nasini quiso pero no pudo consolidar un proceso de transición, en parte porque sus directores habían sido los mismos que acompañaron a Padoán por cuatro años. Y si bien Grassi ahora está enfrentado totalmente contra Vicentín, al haber sido parte fundamental de la gestión de Padoán (hasta la crisis de la aceitera), asomaba el interrogante de si podía encarar la transición post-Beto. En otras palabras, es la Mesa Ejecutiva la que no tenía el consenso y no su candidato oficial.

El tema es que al acercarse la fecha de vencimiento de la presentación de la lista (26 de octubre), el Centro de Corredores de Cereales fue el que propuso el 21 de octubre una salida institucional: postergar el plazo de presentación de listas para el armado de una mesa intersectorial para que allí por consenso todos los sectores (acopio, corredores, productores, exportadores, cooperativas agrícolas, aceiteros, molineros. etc) definan una nueva hoja de ruta para la entidad y las nuevas autoridades.

La Bolsa aceptó la propuesta: pospuso por dos semanas la presentación de lisas y convocó a una reunión de la mesa intersectorial que se realizó el 25 de octubre. Y allí los referentes se desayunaron con una novedad: Grassi no era ni el candidato oficial de la Mesa Ejecutiva. Esto es: no tenía ni el consenso de la conducción de la que era el vicepresidente primero. Sin esa puesta de cartas sobre la mesa por parte la dirección de la Bolsa, no hubo mucho por discutir en la mesa intersectorial y empezó a quedar allí claro de que no era Grassi sino que era la propia Mesa Ejecutiva de la Bolsa la que no tenía consenso.

Fue así que la conducción de la Bolsa se reunió el 26 de octubre (el día que tenía que, originalmente, presentarse las listas) para definir un candidato oficial para llevar luego a la mesa de consenso. Esa comparación de fechas dejaba expuesto el fracaso de la conducción por no haber dejado encaminado el proceso de sucesión. La reunión fue tensa, con muchos cruces de facturas y sin acuerdo se fue a votación para ver quién sería el candidato oficial. Allí ganó por amplia mayoría el actual secretario, Fernando Rivero (ex ACA),

Pero al otro día al dejar trascender la conducción de la Bolsa que Rivero era el elegido para llevar a la mesa intersectorial fue tanta la desaprobación que tuvo el secretario que bajó su postulación antes de presentarla.

¿Por qué la oposición a Rivero? Es que Rivero, cerealista de larga trayectoria institucional en la Bolsa y a quien le reconocen su conocimiento al detalle del mercado y una seriedad profesional destacable, fue hasta hace muy poco la principal figura ejecutiva en la ciudad de ACA, que hoy está en el eje de las críticas del mercado de granos por apuntalar la propuesta de Vicentín de pagarle los u$s400 M que le quedó debiendo al agro en 15 años y con una quita del 70% mientras que la asociación de cooperativas se quedará con plantas de Vicentín.

Otro de los cuestionamientos es que Rivero también fue uno de los integrantes de la “mesa chica” de Padoán durante los cuatro años que el aceitero condujo la Bolsa, un período que despierta críticas por la politización a la que sometió a la entidad.

Claramente Grassi aparecía ahora un candidato más potable que Rivero, que generaba un rechazo más fuerte. Es más con el "diario del lunes", hasta se planteó que si Grassi hubiese encarado otra forma de construcción más abierta de su proyecto de gestión hubiese logrado el consenso. Pero a Rivero no le daban ni ese beneficio de la duda. Si había dudas de si Grassi podía encarar la transición post Padoán, con Rivero la respuesta era rápida: no, por haber sido vital de un estilo de conducción que ya no tiene consenso en la Bolsa.

Con todo, fue ahí que la Mesa Ejecutiva se dio cuenta de que la que no eran Grassi o Rivero los que no tenían consenso sino la propia conducción. Es que los sectores están reclamando el armado de una conducción en el que el ordenador sean los consensos transversales abiertos y no las mesas chicas cerradas que fueron la norma en la gestión del aceitero.

Y aunque no podían asimilar las razones del rechazo, razonaron que no tenían margen para poner un candidato oficial propio. La Bolsa entonces nombró el miércoles 27 a Rivero para tratar de armar una lista con el Centro de Corredores para llevar luego a la mesa intersectorial.

Y fue así que el jueves pasado que le ofrecieron al ex presidente del Centro de Corredores, Miguel Simioni, que sea el candidato oficial habida cuenta que tiene el consenso general de los asociados para encarar la renovación.

Simioni, un operador de reconocida y valora trayectoria profesional, es el emergente de un proceso de fortaleza institucional del Centro de Corredores caracterizado por una construcción horizontal de la conducción que arrancó en la presidencia de Carlos Dallaglio (antecesor de Simioni) y sigue en la actual de Daniel Boglione (sucesor de Simioni) que permitió integrar distintas generaciones de socios, tamaños de empresas y estrategia de negocios dentro del corretaje.

Finalmente, el proceso parecía encaminarse. Simioni empezó a recorrer el espinel de los sectores en busca de referentes para el armado de la lista y preparando la reunión multisectorial que sellaría el consenso para la renovación y la nueva hoja de ruta institucional.

Con pleno consenso, fue sumando enviados de los distintos sectores y hasta su aparición logró la vuelta de socios históricos que se habían alejando apenas asumió Padoán por no compartir el rumbo que el aceitero le iba a imprimir a la entidad.

Pero el viernes a la tarde, cuando estaba previsto que la Bolsa informara que Simioni era el candidato oficial y convocara a la mesa intersectorial, se truncó todo porque la Mesa Ejecutiva pateó el tablero. ¿Qué pasó?

La actual conducción quiso imponer condiciones y empezó a objetar los nombres que estaba proponiendo Simioni en base al consenso con los sectores internos. La primera condición fue que todos los directores claves a los que se le vencía el mandato (vicepresidente segundo, tesorero, secretario) se los debía mantener en el cargo.

No se trataba de una cuestión de nombres. Es más, estaba la intención de renovar al referente de los acopiadores, sector al cuál -incluso- se estaba estudiando sumar otro asiento. Pero la imposición del "todos siguen" era lo que llamó la atención.

Pero además de querer seguir sentados en las sillas del edificio de Corrientes y Córdoba, también rechazaban el ingreso de directores nuevos argumentando que no tienen experiencia en el manejo de la Bolsa. Tampoco toleraban la vuelta de los socios históricos que se habían alejado con el arribo de Padoán y que tienen como referente a Federico Boglione.

En otras palabras, la misma Mesa Ejecutiva de la Bolsa -que aceptó que un procesado por coimero en la causa de los cuadernos de la corrupción K como fue Alberto Padoán siga como si nada presidente de la entidad, dañado mucho la imagen institucional- ahora afinaba el paladar para objetar el ingreso de nuevos directores.

Fue ahí que Simioni anunció a la Mesa Ejecutiva que no tenía nada más que hablar con ellos si esos eran los términos de la conversación ya que el estilo de conducción del Centro de Corredores es de una construcción horizontal y multisectorial de consensos y no de armado de listas negras definidas en mesas chicas. Y por eso les anunció que ante este tipo de condicionamientos rechazaba la invitación a ser el candidato oficial.

Ahora, a 9 días del vencimiento del plazo para la presentación de listas, la Bolsa se encuentra inmersa en una crisis interna con una Mesa Ejecutiva sin consenso, ni candidato pero con directores atornillados a sus sillas. Y de otro lado los sectores que venían aportando institucionalidad para una salida consensuada y ordenara se cansaron del manoseo. ¿Habrá elecciones internas? Esta semana arrancará caliente en la Bolsa.