El gobierno de Santa Fe salió el miércoles al mercado en busca de 1.000 millones de pesos con tres Letras a 31,90 y 180 días, pero al final decidió no endeudarse.

En efecto, el Ministerio de Economía de la provincia prefirió declarar desierta la licitación para no convalidar las altas tasas de interés que los inversores le quisieron cobrar.

Es que si bien tuvieron ofertas por $2.000 millones, cifra que expone que hay liquidez en el mercado, la tasa que le quisieron cobrar los inversores le pareció muy cara al equipo económico provincial. El Ministerio de Economía no informó ni tampoco hizo pública la tasa de interés que le ofrecieron.

Como el Tesoro santafesino no tiene urgencias financieras que lo lleven a tener que endeudarse a cualquier costo, pudo evitar tener que tomar deuda cara. 

Por caso, a febrero pasado, que es el último dato oficial disponible, tiene en depósitos a plazo fijo por $65.018 millones en el Banco Santa Fe, muy por encima de los $9.255 millones que encontró al asumir en diciembre de 2019. El año pasado, en tanto, había terminado con un superávit fiscal de $18.000 millones.

No en vano, tras declarar desierta la licitación quedaron en seguir de cerca al mercado para volver al mercado cuando las tasas sean más atractivas.

Con todo no pasó desapercibido en el mercado bursátil que una provincia con sus cuentas ordenadas como lo es Santa Fe no consiga financiamiento a costos accesibles. Es que las provincias cada vez están encontrando más dificultades para tomar deuda en el mercado o renegociar pagos de compromisos ya asumidos.

El gobierno armó para este año un Programa de Emisión de Letras del Tesoro de la Provincia de hasta $7.000 millones facultando al Ministerio de Economía a determinar cuándo concretar las emisiones. La organización de las colocaciones quedó en manos del Banco de Santa Fe, el agente financiero de la Casa Gris.