“La provincia paga muchos más costos por el cepo a las exportaciones de carne que los beneficios que eventualmente pudiera recibir su población si se lograra contener los precios”, resaltó el ex ministro de Economía de Santa Fe, Gonzalo Saglione. 

Ante la decisión del gobierno nacional de bajar al 50% las exportaciones de carne, La Usina Social  convocó a actores estratégicos del sector agropecuario a reflexionar sobre el impacto de la medida en la economía santafesina. 

En el marco de un webinar organizado por el Centro de Estudios de Economía Progresista, que forma parte de dicha organización, el periodista de Rosario 3 Mariano Galíndez moderó el intercambio de opiniones entre Esteban Hernández, presidente de la Fundación Apertura; Gustavo Tettamanti, delegado itinerante de la Federación Agraria Argentina (FAA); Marcelo Banchi, vicepresidente 2° de FAA y secretario de la Cooperativa de Carnes Alternativas de dicha institución; y Raúl Milano, director ejecutivo del Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario.

La actividad arrancó con una presentación a cargo de Gonzalo Saglione, ex ministro de Economía de la provincia de Santa Fe, quien reconoció “la problemática que se pretende abordar” con la medida adoptada por el gobierno nacional, pero planteó que la solución “ya fue implementada en 2006 y no resuelve el problema. Ya vimos que a la larga el precio de la carne aumentó más que el promedio de los precios de la economía y, por otra parte, genera altos costos económicos que son en gran medida pagados por la economía santafesina, dada la alta participación que nuestra provincia tiene tanto en la actividad primaria de cría de ganado, como en la industria frigorífica”.

“Entonces, la provincia de Santa Fe paga muchos más costos que los beneficios que eventualmente pudiera recibir su población en tanto y en cuanto se lograra contener los precios”, sintetizó. 

Según los datos del Indec brindados por Saglione, la carne aumentó un 72,9% en el último año, mientras que la inflación fue del 49% y los salarios apenas aumentaron un 32,7%).

Galíndez, a su vez, mencionó los últimos datos del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), según los cuales las ventas al exterior caerán un 35% en los próximos dos meses, se producirán 25.000 toneladas menos al mes y se dejarán de percibir 100 millones de dólares mensuales en concepto de exportaciones. 

Al respecto, Hernández hizo hincapié en “la baja rentabilidad del productor ganadero, que queda clara cuando se analizan las estadísticas del Censo Nacional Agropecuario, donde se ve que Santa Fe perdió un 29,5% de sus productores en las dos últimas décadas, afectando sobre todo a los departamentos del centro-norte de la provincia”. 

En ese marco, hizo hincapié en la necesidad de diseñar “subsidios focalizados para aquellos sectores que tengan dificultades para acceder al consumo de carne, pero evitar la aplicación de medidas como las implementadas por el gobierno nacional, que afectan fuertemente la actividad del sector e impactan negativamente sobre el stock de cabezas, la cantidad de productores, el empleo, la exportaciones y que, en el mediano plazo, volverán a presionar por un incremento en el precio de la carne al reducirse la oferta, como ya sucedió antes. Es decir, que termina empeorando el poder adquisitivo de la población”.

Banchi coincidió en cuanto “al impacto que estas restricciones tienen sobre los pequeños productores ganaderos y, en consecuencia, el efecto concentrador que tiene en el sector”. Por eso, reclamó la elaboración de “un plan ganadero que hoy Argentina no tiene”, como forma de dar un horizonte claro para los actores del sector. “Cómo les decimos a los productores que inviertan en la cría con la exportación cerrada. El productor no va a apostar a un negocio que no da ganancia, que no le permite vivir mejor y que sus hijos estudien. Hay un gran desconcierto y la gran preocupación es que no vemos que haya nuevas ideas para resolver el problema de la producción de carne”

Tettamanti coincidió en que la medida del gobierno nacional “repite un error que ya trajo consecuencias muy negativas y ninguna solución al alto precio de la carne”, y repasó varias iniciativas propuestas al gobierno nacional desde el sector para favorecer el agregado de valor en origen y aumentar la oferta de carne. Por caso, mencionó el programa “granos por carne” que promueve la FAA: “Deberíamos combinar agricultura con ganadería, apostar a transformar cada vez más granos en carne, para hacer más sustentable ambientalmente al sector y producir cada vez más carne. Los productores lo podemos hacer; para ello necesitamos reglas claras, que no cambien cada vez que cambia un gobierno”. Asimismo, destacó la importancia de acordar políticas de Estado que otorguen previsibilidad al sector y faciliten las inversiones que demandan largos períodos de recupero.

Milano, en tanto, remarcó la “escasa o nula efectividad” que la medida adoptada tiene respecto del objetivo buscado, que es evitar el incremento en el precio de la carne en el mercado interno. “Esto es así –explicó- porque lo que se exporta más allá de la cuota Hilton, que no se ve afectada por la medida nacional, difiere de lo que se comercializa en el mercado interno”. Al respecto, precisó que mientras en 2015 Argentina exportaba 180.000 toneladas; en 2019, eran 930.000. “Tiene que ver con que China se convirtió en un demandante infernal al que nadie puede terminar de abastecer. Pero demanda otra mercadería: es una vaca para conserva y chacinado, para la industria, algo que nosotros no comemos pero allá sí consumen. Entonces, el gobierno nacional cerró la exportación de algo que no consumimos y eso solo genera una pérdida de las divisas que tanto necesita la economía argentina”, explicó. 

En relación a este punto, el directivo del Rosgan remarcó que “la ganadería, a diferencia de otros sectores, no demanda insumos importados, por lo que cada dólar exportado es un dólar genuino que ingresa al país”.

El Centro de Economía Progresista, a cargo de Saglione, es un espacio innovador creado recientemente en el marco de La Usina Social, que tiene como objetivo de analizar distintos aspectos y actores de la economía a partir del intercambio y la reflexión junto con referentes estratégicos de diversos sectores de la sociedad. A la vez, busca generar un ámbito institucional apropiado que permita interactuar y delinear respuestas a los interrogantes que plantea el contexto actual, para contribuir a un desarrollo más equitativo que permita mejorar la calidad de vida de la población de manera sostenible.