Enrique Borrelli dejó de ser el director del fútbol juvenil de Newell's Old Boys. En un comunicado oficial, la entidad oficializó su salida y la de Juan Cruz Anselmi como coordinador general de la cantera rojinegra, algo que el propio Borrelli aceptó como reglas del juego ante el cambio dirigencial. Eso sí: aclaró que no presentó la renuncia, sino que fue despedido.

"La decisión no me sorprendió: en toda mi carrera he pasado casi diez elecciones y la nueva comisión directiva tiene todo el derecho del mundo a armar sus equipos y a venir con un cambio. Era una de las posibilidades y se dio así. El presidente legítimo, elegido por el 72% de los socios, que los verdaderos dueños del club, lo decidió así y acaté la decisión como corresponde", dijo en Radio 2.

Borrelli, llegó a fines de 2018 y tenía contrato hasta diciembre de 2024, recibió el ofrecimiento de Ignacio Astore para seguir hasta fin de año. Pero no lo aceptó: "Es difícil transmitir lo que uno transmite todos los días cuando sabés que no te van a tener en cuenta el año que viene. Le agradecí que sea sincero, pero no puedo estar en un lugar en el que sé que me tengo que ir".

"Si la nueva CD considera que hay que hacer cambios, hay que aceptarlo. Uno de esos cambios me tocó a mí. Si bien tenía tres años más de contrato, ya a partir de este martes no iremos más al club como lo dice la ética profesional. Y luego nos sentaremos a arreglar el aspecto económico".

Con respecto a este tema, Borrelli dejó en claro que la interrupción del contrato corrió por cuenta del club y por ende, debe haber un resarcimiento económico: "Yo he sido despedido: no me quería ir del club. No hablaría de indemnización: tenemos que llegar a un acuerdo económico y nada más, como corresponde. De los tres clubes en los que estuve me retiré sin problemas y deseo hacer lo mismo. Pero yo no renuncié, nunca me quise ir. Por supuesto que no discuto nada".

Finalmente, señaló: "Hoy fue un día emocionante: me fui tranquilo de la institución, me pude despedir del personal, de los futbolistas. Ganamos el partido de reserva y cerramos acá: no hubo problemas y lo acepté como profesional que soy. Ocupé el sillón de Jorge Griffa durante tres años, lo hice de la mejor manera, dejando todo lo que tenía, no me guardé nada y me voy tranquilo".

"Astore me prometió que no habría problemas en lo económico, que me lo merecía, que había trabajado duro. No creo que haya problemas. El club y nosotros tenemos una gran disponibilidad para arreglar la situación y que todos salgamos contentos. El tesorero me prometió eso y no tengo por qué no creerles", concluyó.