A Maximiliano Peña le salió todo mal. O casi todo, porque nadie la puede quitar la experiencia de haber viajado al mundo del fútbol profesional como parte de la delegación del humilde Liniers de Bahía Blanca. El sacrificado pibe tomó la decisión de viajar a Formosa para cumplir el sueño de su vida, pero se quedó afuera del equipo, del banco de suplentes y también de su trabajo.

Maxi es un joven mediocampista del equipo bahiense que este miércoles fue eliminado de la Copa Argentina por el poderoso River de Marcelo Gallardo. Hasta hace algunos días trabajaba en una panadería bahiense, pero el dueño del negocio se disgustó por su prolongada ausencia y lo despidió.

“Una semana antes del viaje, cuando pido permiso para ir a jugar contra River, arrancaron las discusiones con el dueño porque no me quería dejar ir”, relató este jueves, todavía desde Formosa, a TyC Sports.

“Me dijo «si viajás, tomo a otra persona». Este era el viaje de mi vida, así que fui igual aunque sabía que a la vuelta me quedaba sin trabajo”, describió.

“Encima no jugué y quedá afuera del banco”, lamentó Maximiliano, sonriendo en medio de su resignación.

El futbolista amateur contó las condiciones en las que defiende la casaca de Liniers: “Yo y otro jugador, que somos los más chicos, no cobramos nada, jugamos por la camiseta como se dice”.

“En la panadería hago las facturas. Entro todos los días a las 6 de la mañana y de ahí me voy caminando al club a entrenar”, contó.

Y pasó un aviso para que lo contraten lo antes posible: “Las mejores facturas y sanguchitos de Bahía los hago yo”.