Newell’s se encaminaba a vivir otra noche de desencanto, que bajaba a tierra las expectativas que había generado la llegada de Germán Burgos. Porque la reacción del equipo ante Unión, cuando mostró algunos argumentos que parecían diferenciarlo del ciclo Kudelka, parecía desvanecerse en esta luna tucumana.

Es que sin hacer demasiado, el rojinegro empezó ganando y conseguía la primera victoria en el campeonato. Pero con más empuje que fútbol, Atlético Tucumán se lo dio vuelta a diez minutos del final. Y por lo poco exhibido en el campo, nada parecía indicar que pudiera empatarlo de nuevo.

Pero una gran ejecución de un córner de Ignacio Scocco (que jugó de suplente) puso en aprietos a Cristian Lucchetti y la jugada derivó para que Cristian Lema clavara el 2-2 a los 40’ del segundo tiempo. A la postre, el último gol de una noche cambiante y electrizante.

El festejo del primer tanto leproso.


El Rojinegro y el Decano repartieron puntos por la séptima fecha de la Copa de la Liga Profesional, certamen en el que aún los del Parque no pudieron ganar. Con apenas 3 unidades, la clasificación parece muy lejos.

El primer gol del pleito lo marcó Franco Negri a los 32 minutos del primer tiempo; Augusto Lotti estableció la igualdad para los albicelesres a los 9' del segundo acto. A los 35', Guillermo Ortiz de cabeza estampó el segundo para lo de De Felippe. Y Lema cerró la noche con su media vuelta en el área.

En líneas generales fue un cotejo parejo, pero Atlético hizo más méritos como para ganarlo. De todos modos, en la desesperación final después del empate leproso, Alexis Rodríguez casi lo gana. Pese a su necesidad de conseguir una victoria, por lo visto dentro del campo el punto le gustó más a los de Burgos.

Desde temprano el local se mostró mejor. A los 2 minutos de juego llegó la primera de Atlético Tucumán: se desacopló Newell’s en el costado derecho de su defensa, cayó un centro al área y el cabezazo de Lotti pasó muy cerca.

Los argumentos ofensivos de Newell’s (que tuvo a Nacho en el banco y jugó con Cacciabue y Llano de entrada) se desvanecían al acercarse al área. Pero cuando el reloj caminaba cerca de la media hora de juego, empezó a mejorar. A los 29’ llegó la primera clara: el juego se volcó de izquierda a derecha, Llano entregó para Pérez, pero el disparo quedó en las manos de Lucchetti.

El gol llegó a los 33’: un lateral de Cacciabue al área fue despejado por Ortiz de cabeza y el rebote le quedó a Negri, que con un remate bajo que pareció desviarse en un defensor estampó el 1-0. Así se fueron al descanso.

Todo parecía indicar que Newell’s jugaría con la desesperación de Atlético para castigar en una contra. Pero la ventaja sólo le duró 9 minutos: Lema llegó tarde a un cruce y Lotti quedó mano a mano con Aguerre, al que venció con un disparo bajo.

Aguerre ante Lotti, quien marcó el primer empate.


Desde el gol en adelante, Atlético asedió a la Lepra y en un paro de minutos Carrera le pegó dos tiros en el travesaño. Tanto se fue hacia arriba, que ahí llegó la contra ñubelista: a los 16’ Maxi quedó cara a cara con Lucchetti tras pase de Cristaldo, pero se la regaló al arquero.

Todo el gasto lo hizo Atlético Tucumán, mientras que Newell’s sufría de anemia futbolística y escaso desarrollo físico. Y a los 35’, llegó el premio: un centro al área acabó en la testa de Guillermo Ortiz, que saltó más alto que todos y clavó el segundo (sin gritarlo, por su pasado en el club).

Nadie imaginaba que Newell’s tuviera fuerzas para empatarlo de nuevo. Nadie menos Scocco, que tiró un córner olímpico, descalibró a Lucchetti y a toda la defensa y propició que Lema, de media vuelta, encontrara el tiro salvador. Otra vez, haciendo poco, se ponía en carrera.

El fútbol es tan raro que sobre el final casi lo gana: una corrida de Alexis Rodríguez casi acaba transformándose en el tercero. Pero la cosa culminó en un apasionante 2-2, que le cayó mejor a Newell’s que al Decano en su camino de reconstrucción. Eso sí: para ser protagonista y soñar con la clasificación le falta madurar mucho.