Con un papá fanático del esquí náutico y un hermano apenas mayor ya dedicado a ese deporte, a Tobías Giorgis la decisión no se le hizo nada difícil: aprendió a esquiar casi antes que a caminar y de ahí en adelante su vida transcurrió más tiempo adentro del agua que afuera. Tantos años de entrenamiento y viajes por todo el mundo rindieron sus frutos: a mediados de julio participó de los Juegos Mundiales de Birmingham, Estados Unidos, por primera vez en la categoría de mayores y, para su sorpresa, se trajo una medalla.

No es que pecara de modesto, es que realmente la parada era dura. Si bien Tobías cargaba con ser el mejor del mundo en Salto en la categoría sub 17, le faltaba (y dice que todavía le falta) mucho para posicionarse entre los mejores de la disciplina a nivel mundial. Pero mucho de técnica, algo de suerte y casi todo de tesón, le permitieron traerse la presea en su primera participación en una competencia de estas características.

Según cuenta, pasar de la categoría Junior a la de Mayores en ese deporte es complicado. Entre los 17 y los 21 años no hay demasiados torneos y, una vez cumplidos los 20 ya se puede participar en los Open (abiertos a todas las edades). Eso si; se lo hace con todas las de la ley: rampas más altas y velocidades más extremas

“Yo había hecho torneos de mayores como un mundial o un Panamericano pero esta era la primera vez que empecé a competir con mayores y estaba a la par. En Junior competís a otras velocidades o alturas de la rampa. Podes ser bueno en tu categoría pero no para competir con los más grandes porque no estás en igualdad de condiciones. Esta vez no tenia ninguna excusa como para decir me ganaron”, contó.

“Salís de junior siendo el mejor o top 5 del mundo y pasas a competir con los más grandes y hay que empezar de abajo otra vez. Es decir, pasas de estar siempre haciendo podio o muy cerca a casi ni figurar. Muchos dejan de esquiar porque pierden todo lo que tienen”, consideró para dimensionar aún más su hazaña.

Tobías se trajo la medalla de bronce en Salto al lograr los 62,1 metros, marca con la que quedó detrás del ucraniano Danylo Filchenko (64,9) y el local Taylor García (63,9). “Yo sabía que había cuatro o tres que eran mejores. Pero yo había estado saltando bien dos semanas antes, había hecho mi récord con la rampa baja y una semana antes subí la rampa para no dar ninguna ventaja y sabía que tenia chances. Le pude ganar a un chileno que es mejor que yo y tiene 28 años”, recordó. 

El esquí náutico es un deporte amateur del cual es muy difícil vivir, tanto en Argentina como en cualquier lugar del mundo. “Tenés que estar entre los tres mejores del mundo y aun así creo que tampoco es tan fácil”, explicó Giorgis para dejar más que sentado que no lo mueve ningún interés monetario detrás más que el amor por el esquí y el sentimiento cada vez que se calza la celeste y blanca.

En ese sentido, contó que su familia lo compaña a cada paso y que no es fácil estar tanto tiempo fuera de casa. Aunque los viajes en su mayoría son costeados por el Enard y el Comité Olímpico Argentino, significan también un gran esfuerzo económico. 

“Me encanta viajar haciendo lo que me gusta. Pero tengo claro que no se puede vivir del esquí. Se que va a llegar un punto donde voy a querer desarrollar mi vida en otro aspecto y no voy a poder estar todo el tiempo viendo cómo financio un viaje”, se sinceró Tobías, que estudia la Licenciatura en Negocios Digitales en la UCA.

Sin embargo, para pensar en ese futuro todavía falta: con 20 años lo que tiene por delante es un viaje a Estados Unidos el próximo 26 de agosto a entrenar aprovechando la temporada de verano. Además, en Octubre son los juegos Odesur en Paraguay y en 2023 se vienen los Panamericanos en Chile, dos instancias en las que pondrá nuevamente a prueba su capacidad y los laureles que ya supo conseguir.